Parece un poco presuntuoso el título de esta crónica, pero refiriéndonos al partido que van a jugar hoy en las semifinales de este torneo dos grandes históricos, como son Rafa Nadal y Novak Djokovic, la titulación no parece tan exagerada. El enfrentamiento de hoy será el 50 entre estos dos colosos del tenis, 26 victorias para el serbio y 23 para el mallorquín. Llevan sin enfrentarse entre sí desde el pasado torneo máster 1.000 de Roma, hace casi un año. Y aquí los tenemos, con dos trayectorias algo diferentes en el camino para llegar a este duelo.
Djokovic ha tenido un comienzo más bien flojo y dubitativo para lo que se merece y es capaz de dar, pero lo anunciábamos ayer, está empezando a volver por sus fueros. No sabemos si es porque todo el equipo histórico suyo de preparadores, entrenador y demás, que le encumbraron a la cúspide del tenis mundial durante bastante tiempo, fue despedido y precisamente en este torneo es totalmente nuevo o porque además ha mejorado su concentración y velocidad en la pista, o ambas cosas a la vez.
El caso es que sus restos son ya muy profundos y a los pies, su saque ha mejorado mucho en potencia y fiabilidad, y devuelve casi todo, pero además de todo esto se lo cree, como lo explicaba en las entrevistas y rueda de prensa posteriores a su partido con Feliciano López, y encima contadas en un español cada vez más fluido y con buen humor. Cada vez, hay más público que está con él.
Por su parte, Nadal, que acaba de ganar jugando un excelente partido a Goffín, mejorando todavía más su partido realizado ante kyrgios. Incluso ayer, realizó golpes excepcionales, fuera de la "rutina habitual" de tenis machacón con el que tritura a sus adversarios. Le hemos visto bien de físico y rápido de piernas frente a un extraordinario jugador, de gran clase como es el jugador belga. Nos hemos divertido de lo lindo los buenos aficionados al tenis, y los demás, que eran mayoría, pero que van a ver jugar a ese fenómeno mediático y deportivo que es el mallorquín. Hoy duelo en la cumbre.
