La Policía Nacional ha detenido a un individuo de nacionalidad marroquí como presunto autor de un delito contra la salud pública, tras confesar voluntariamente en el puerto de Melilla, antes de coger el barco rumbo al Almería, que había ingerido un kilo de bellotas de hachís, que sumaban en total 165. El detenido, con antecedentes de este tipo, tardó dos días en expulsarlas de su organismo. En una nota de prensa, la Jefatura Superior informó ayer de que los hechos sucedieron a las 22.15 horas del pasado sábado, 30 de mayo, cuando agentes del Grupo Operativo de Fronteras (GOF), que estaban de servicio en el control de seguridad para el embarque de pasajeros a pie en la estación marítima, sospecharon de un individuo con evidentes síntomas de sudoración y temblores.
Al llegar a la altura del control documental, el individuo confesó espontáneamente a los policías que había ingerido un kilo de bellotas de hachís y que por este motivo se encontraba mal y sufría dolores muy fuertes. Los agentes, para evitar un riesgo para su salud, procedieron a trasladarle de inmediato al Hospital Comarcal.
Pruebas radiológicas
A la vista de los síntomas que presentaba este individuo, el facultativo de guardia determinó que se realizasen placas radiográficas al pasajero. El resultado de la revisión dio como resultado la presencia de más de cincuenta bellotas en el interior de su organismo.
Por este motivo, el individuo, un marroquí de 43 años de edad con antecedentes por idénticos motivos, fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública, siendo trasladado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía.
Transcurridos dos días, y tras varias exploraciones radiológicas, la última realizada a las 10.25 horas del 1 de junio dio como resultado que ya no se apreciaban cuerpos extraños en su intestino, después de que hubiera expulsado un total de 165 bellotas de hachís con un peso total en bruto de 1.030 gramos que pretendía pasar a la península.
