La Policía Nacional y la Policía Local han detenido a un individuo que fue sorprendido haciendo un butrón en una vivienda colindante a una joyería con la posible intención de acceder a ésta para cometer un robo. Ni siquiera llegó a tocar la pared del establecimiento comercial porque las alarmas no saltaron, pero el ruido que hizo intentando hacer el agujero alertó a un vecino, que llamó al 091. Según informó ayer en una nota de prensa la Consejería de Seguridad Ciudadana, los hechos ocurrieron el pasado 26 de noviembre, cuando dos patrullas de incógnito se dirigieron a la calle Padre Lerchundi, donde un vecino afirmó en una llamada a la Policía que estaba escuchando fuertes golpes en el interior de una vivienda.
Ya en el lugar, los agentes pudieron escuchar desde el exterior de la vivienda fuertes golpes, y observaron además que la puerta estaba entreabierta y con síntomas de forzamiento.
Al acceder a su interior, hallaron a un individuo en una de las habitaciones con un martillo y cincel, dando golpes. A juicio de los agentes, existían indicios racionales de un ilícito penal y procedieron a su inmediata detención como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Se trata de un individuo de nacionalidad marroquí y 30 años de edad, cuyo nombre corresponde a las iniciales M.E.
La Policía comprobó que esta habitación era contigua a una joyería, por lo que sospecha que la posible intención de individuo pudiera ser, entre otras, la de acceder al interior del establecimiento colindante. De todos modos, los agentes también percibieron signos de forzamiento en la casa, concretamente en una caja fuerte para ser extraída de la pared donde estaba instalada. También había otros objetos apilados y listos para ser robados.
Dado que el propietario de la vivienda no pudo ser localizado, la Policía requirió el apoyo de los Bomberos, que se personaron para asegurar la puerta con un candado más resistente que el que había puesto hasta entonces, según informó a MELILLA HOY uno de los vecinos, que señaló que la casa estaba deshabitada y que no era la primera vez que habían forzado la puerta para entrar en ella.
Al parecer, la intención del ahora detenido al forzar la caja fuerte era llevársela para venderla, pues al no vivir nadie en aquella casa, se encontraba vacía. Las alarmas de la joyería, equipada con sensores en las cuatro paredes, no saltaron.
