Hace unos días tuve necesidad de entrar en uno de los servicios del Centro de Salud de la Zona Centro, el que está próximo al Hotel Melilla Puerto y me llevé la sorpresa que había papel higiénico, y digo sorpresa porque en otra ocasión hice la misma visita a ese lugar de desahogo urinario y no había el mencionado papel, enterándome cuando lo comenté con una empleada que se lo llevaban a cada instante, por mucho que se pusiera con frecuencia.
Pero he aquí que mirando con detenimiento el estado del repetido servicio, tan necesario para quienes lo necesiten por un caso de urgencia o por pura normalidad del evacuamiento de agua, de allí se habían llevado, robado después de arrancarlos los interruptores de la luz, cerrojos de las puertas, las cajas donde va el papel higiénico, tapones de los lavabos, esos botones-pulsadores de las cisternas para que salga el agua, techos pintorreados y la falta de las lámparas de luz alógena al haber sido igualmente arrancadas para llevárselas a casita. Lo comenté con uno de los empleados de mantenimiento y me respondió que, "Por mucho que todo lo visto se reparara con frecuencia, al día siguiente -se ha dado el caso- todo volviera a estar destrozado…”. “Y lo mismo viene ocurriendo -me dijo- en los otros centros de salud, en el Hospital Comarcal”.
Parece ser, -según me enteré después por otra persona empleada del mismo Centro, que ya se habían cogido a un par de esas bestias que disfrutan destrozando cuanto les viene en gana pero, por lo que se ve, esos lamentables hechos continúan cometiéndose por los mismos u otros energúmenos de la misma calaña con la única intención de hacer daño a unos centros, cuyo único cometido es atender a personas que a ellos acuden para ser atendidos por cualquier dolencia o enfermedad.- Y en ello no queda la cosa porque -eso lo he visto yo- allí llegan algunos individuos e individuas con unos modales, no sólo irrespetuosos sino incluso violentos con los facultativos y auxiliares, a veces por el simple hecho de que en la cita que tienen se señala un horario y aun no hayan podido ser atendidos, sin tener en cuenta que las consultas no están cronometradas, y lían unos escándalos de…, iba a decir un taco, pero diré de auténtico órdago.
¡Pues eso es lo que hay y todo -lo he escrito en numerosas ocasiones- porque estamos siendo -las autoridades competentes en esto, aquello y lo otro- demasiado tolerantes! El no querer complicarse la vida ¡y cuando vengan a darse cuenta…!
