Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Denunciar a los compradores de votos

No es fácil definir bien la democracia. Quizás la mejor definición es la que acabo de leer: “La democracia es una forma de gobierno en la que los gobernantes están sometidos a la legalidad y los gobernados -con su voto emitido de forma libre y sin coacción en el mercado electoral- escogen a sus representantes para que elaboren y aprueben las leyes que regirán el país” (Jano García, “Contra la mayoría”).

Los titulares de nuestra portada del lunes destacaban que el voto por correo (en Melilla) va “de mal en peor”, llega ya a casi 9.000 votos y podría determinar 7 de los 25 escaños de nuestra Asamblea, con una participación electoral similar a la del año 2019. A falta de solo un día para que acabe el plazo de solicitud del voto por correo, Melilla ya bate todos los récords de la vergüenza. La cifra actual supera ya en más del doble la registrada en las anteriores autonómicas (4.210) y en un 52 % la de las últimas generales (5.949 votos por correo).

¿Se puede creer, con los datos que destacábamos el lunes, a menos de dos semanas de la cruciales elecciones en nuestra ciudad, que el voto de muchos melillenses ha sido emitido libremente y sin coacciones, sin ser comprados? No, evidentemente. ¿Se podrá creer, con esos datos, que los que nos van a gobernar a partir del 28M representan el sentir de los melillenses gobernados? La respuesta sigue siendo la misma: no.

Los tres partidos mayoritarios, al día de hoy, en la Asamblea (PP, CpM y PSOE) se han manifestado contundentemente en contra del abuso del voto por correo. Con nulo éxito, como lo demuestra el número de votantes por correo ya inscritos y aceptados. Así que la incógnita no despejada es quién compra los votos, quién o quienes son los que pagan/financian esa compra de votos. Obviamente, es increíble la hipótesis de que más de 9.000 melillenses hayan sufrido de un súbito impedimento viajero o una plaga maligna que les imposibilite ir el 28 de mayo a votar presencialmente.

Inútil es, no menos obviamente, preguntar a responsables de alguno de los tres partidos citados si algún miembro o simpatizante de su partido está comprando votos. Ninguno, no se nos ha pasado ni por la imaginación, ¿cómo me puedes preguntar eso?, han sido los otros partidos, nosotros no, etc, etc. Esas son las respuestas recibidas y teniendo en cuenta que, con toda seguridad, yo no he sido ni el que financia ni el que compra votos, solo se me ocurre alentar a los que hayan vendido sus votos -que supongo que no son penalmente responsables- que lo denuncien, que lo expliquen, que contribuyan a limpiar la imagen de esta ciudad -la nuestra- ensuciada por una deleznable praxis política.

La democracia genera la tiranía de la masa, afirma Jano García en la portada de su último libro. “Solo la masa es capaz de creer que un tercero va a solucionar sus problemas”. Si eso es cierto -y creo que lo es- ¿qué confianza podemos tener los melillenses en que un nuevo gobierno, elegido posiblemente gracias a la compra-venta de votos, va a poder ayudar a solucionar los graves problemas generales que nuestra ciudad padece?

La única respuesta posible sigue siendo la misma: NO (con mayúsculas). Somos nosotros, cada uno de los melillenses, los que tenemos que solucionar nuestros problemas, porque “un tercero” -como dice Jano García, léase el Estado- no va a solucionar nuestros problemas. Denunciar a los compradores es la mayor contribución que cualquier melillense puede hacer para conseguir una Melilla limpia y libre. Porque la moral es el poder auténtico. Moral es el conjunto de valores que rigen una sociedad y que determinan qué está bien y qué está mal para la mayoría de ciudadanos que componen un país. Y, como decía el gran Antonio Escohotado, la Libertad ni se pesa ni se mide; solo empezamos a percibirla cuando la perdemos. Sólo su ausencia nos recuerda la grandeza de ser libres. Si perdemos la libertad -por ese camino vamos- lo perdemos todo, Melilla incluida en ese todo.

Posdata

Ante la evidencia de más de 9.000 votos por correo-  no denunciada por los que venden los votos y evidentemente tampoco por los que los compran- ¿cuál es el papel de los poderes públicos? Hasta ahora ninguno. Tanto la Abogacía del Estado como la Fiscalía, estamentos dependientes del Gobierno, deberían instar a la Junta Electoral Central a que actúe en el ejercicio de sus competencias, ordenando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado su inmediata intervención en la prevención de estos delitos. Una intervención de la Policía Judicial, amparada por la correspondiente autoridad judicial, sería absolutamente disuasoria para los compradores y vendedores de votos.

Frases

¿Se puede creer que el voto de muchos melillenses ha sido emitido libremente y sin coacciones, sin ser comprados? No, evidentemente

Alentar a los que hayan vendido sus votos para que lo denuncien, que lo expliquen, que contribuyan a limpiar la imagen de esta ciudad -la nuestra- ensuciada por una deleznable praxis política

Si perdemos la libertad -por ese camino vamos- lo perdemos todo, Melilla incluida en ese todo

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€