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El rincón de Aranda

De cañonazos ( I I I )

melillahoy.cibeles.net fotos 848 Juan Aranda web

Como va de Cañones y cañonazos, para completar la pequeña serie, con relación a estas armas de guerra, debo decir que hace tiempo escribía yo muchos de los nombres, con los que fueron bautizados, si es que se les puede llamar así. Releyendo la hemeroteca del desaparecido “El Telegrama del Rif”,… …, buscando datos publicados sobre el Cabo Noval, observaba que el 13.07.1915, el Obispo de Málaga autoriza a las autoridades de Melilla para el traslado de los restos mortales del Laureado Cabo, a Oviedo. Igualmente leo: “Esta mañana, un cañonazo disparado desde el Fuerte de Camellos, dio la señal de comenzar el ayuno de los moros, según sus costumbres en la fiesta del Ramadán”. Como ya sabía que el cañón que dispararon, desde Victoria Grande, para fijar los límites de Melilla el 14.11.1863, fue el llamado, “Caminante”; para saciar mi curiosidad, lo primero que se me ocurrió fue llamar a José Luís Blasco: “Alma-Máter”, o “Magister Dixit” indiscutible en todos los aspectos, sobre la Historia de nuestra ciudad. Mientras estaba hablando con él, recibo por correo electrónico, y por sorpresa, (estaría con un “manos libres”), una relación de varios cañones con sus respectivos nombres, que por su valor histórico merecían ser publicados, y eran los siguientes: En Melilla la Vieja, existían los cañones de bronce de 16, rayados. Otros, de hierro colado, con los nombres: “Abenedizo” (sic), “Espuesto” (sic), “Agoreo”, “Pacífico”, “Negocioso”, “Aclarado”, “Eteocles”, “Vespasiano”, “Cartagena”, “Confederado”, “Odioso”, “Avanzador”, y “Colomera”. También los había con las fechas de su fabricación: “Marqués de Leganés”, en 1.630; “Marqués de Castro Fuerte”, en 1.632; “Marqués de Lezcano”, en 1.646; “Conde de Salvatierra”, en 1.668; “Don Miguel Ruiz de Álava”, en 1.823; “Don Joaquín Ibarra”, en 1.825. El “Marqués de Leganés”, estuvo emplazado hasta 1.893 en el Torreón de las Cabras, y fue fabricado en Sevilla el 23 de junio de 1.847, pesando 6.740 libras (unos 3.050 kilos). El 12 de abril de 1.994, tras el derrumbe de la Muralla, y Puerta de la Florentina, en el llamado Frente de Levante, cayó el cañón “Trubia” de calibre 24, y 5.000 kilos de peso. Provisionalmente fue colocado en una cureña nueva, quedando instalado finalmente en el Torreón de San Juan. Debo decir que algunos de estos cañones fueron construidos en Málaga; sí señor, en Málaga, allá en los siglos XVI y XVII, cuando esta ciudad era la segunda en importancia en la fabricación de armamento de guerra, existiendo 50 hornos de fundición para ello; y también con varios molinos pertenecientes al Estado, para fabricar pólvora, ya que poseía los principales productos para la misma, como es el salitre, el carbón y el azufre. Yo me imaginaba todos estos cañones, con sus cureñas, y armones, emplazados en nuestras murallas y baluartes, y con una plaquita donde se pudiera leer el nombre, el peso, la potencia de fuego, y a ser posible, el lugar y la fecha de fabricación. Por ejemplo: En la Muralla Real que emplazaran, el “Negocioso”, y el “Vespasiano”; en el Baluarte de la Concepción, el “Abenedizo” (sic); en la Muralla de Trápana, el “Aclarado”, el “Cartagena”, y el “Confederado”. Junto al Bonete (Faro), el “Odioso”, y el “Avanzador”; en el Torreón del Bonete Chico, el “Colomera”; en el Torreón de la Parada, el “Pacífico”; en el Torreón de la Florentina, el “Espuesto” (sic); en el Torreón de las Cabras, el “Agoreo”; en el Baluarte de San Pedro, el “Diego de Vara”; en el Torreón del Vigía de Tierra, el “Marqués de Leganés”; en el Baluarte de San Pedro, el “Marqués de Castro”. En la Plaza de Armas, junto al Foso y Puerta de Santiago, que se ubiquen los demás, siempre que se puedan contemplar y poder leer, como ya digo, sus nombres, fechas, y lugares de fabricación. Como habrán podido comprobar, esto solo es la punta del iceberg de nuestra Historia, que parece estar oculta, por la desidia de los responsables políticos. Yo creo que solo debemos indagar, buscar, e inquirir; porque si unos aficionados, dando el coñazo, con limitados medios, podemos hacer esto, imagínense el que esté obligado a ello, y que trinca sus buenas catorce cosechas anuales, por llevarlo a cabo. Miren que si en los torreones y murallas de El Pueblo, se emplazaran esos cañones, con sus cureñas. Yo creo que sería una gran obra turística, y el que lo llevase a cabo, a pesar de que se colocara el “chapón” correspondiente en el “pechamen”, se apuntaría un gran triunfo, que yo felicitaría de todo corazón. Así que al que corresponda: Ahí tiene usted una humilde idea, para una ruta turística. Úsela, si lo desea, como mejor crea conveniente; y además, gratis. Y como soy un jodio tío de izquierdas, y amo a mi Patria, y por ende a Melilla, hasta las trancas, digo lo de Séneca: “Nemo Patriam quia est amat, sed quia sua”: que traducido: “Nadie ama a su Patria porque ella sea grande, sino porque es suya”. Y ya está. Salido: otro día hablaremos de los nombres de las campanas en las distintas Iglesias y Capillas de nuestra ciudad, porque haberlas, húbolas, y creo que háylas.

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