Si Melilla celebra el 17 de Septiembre, no celebra una fiesta española solamente, como algunos pudieran creer. Melilla recoge en esa efeméride, un lugar en la historia, al cual tiene derecho, ya que ,desde el primer momento de su vida narrada, aparece la ilusión, el orden, la fe y el sacrificio, como norma común y punto de partida.
Y contribuye a fundar un estilo de razón, que hoy, aunque algunos se empecinen en negar, también les acoge el derecho, como seres humanos, a exponer sus propios criterios.
Estopiñán no es solo una figura legendaria. Un duque de una casa solariega determinada. Estopiñán es algo más. Es un conjunto de valores. De modos y costumbres, que trascienden con el tiempo, en pos de la verdadera y única conquista, que el ser humano convoca a través de su propia existencia, como es la existencia acorde, más allá de la propia
Veamos esta fecha, bajo ese sentir y no como una referencia conquistadora, ajena a la gran conquista que reta al ser humano cada día, como es la de ganar su vida, en la utilidad compartida del lugar donde convive. Apartémonos de la ignorancia, que la mayoría de las veces nace de la ingratitud, que es la peor semilla que se puede sembrar, en tierras de convivencias…
En un lugar africano
Cuyo nombre me maravilla
Existe un enclave humano
Al que le llaman Melilla
Por su historia es VALEROSA
Con héroes y con hazañas
Pero se siente orgullosa
De tener por madre a España
Cuna fue de pescadores
Artesanos y labriegos
Que les dieron sus amores
Su libertad y sus anhelos
Fue tumba de héroes soldados
Y de mujeres valientes
De maestros anudados
Al corazón de sus gentes
HOSPITALARIA ciudad
Que entrego pan y cobijo
A aquel que vino a buscar
Como si fueran sus hijos
CARITATIVA entregada
En los momentos oscuros
Dejo su sangre hermanada
A los que sufrían apuros
Siempre fue razón hermosa
¡MELILLA, SENTIDA TIERRA!
Para España, muy gloriosa
Tanto en la paz como en guerra
Por eso, ser hijo suyo,
Es ser dos veces español
Una, por descendencia y orgullo
Otra, por el corazón.
