En uno de los programas que presentaba cada viernes en Tele Melilla, de entrevistas y variedades sobre la ciudad, que además de premios a los oyentes, también les daba la oportunidad de poder participar a través del teléfono, para que expusieran sus problemas propios o ciudadanos. Era un programa de gran audiencia y también positivo ya que creo era el único programa en TV, que ingresaba dinero al Erario Público a través de la publicidad que yo mismo gestionaba.
Bien. Una noche, en una de esas entrevistas, tenía frente a mí a un político muy conocido en la ciudad. No digo su nombre, pues no le quiero hacer mentir. Ya que si lo dijera es posible que negara mis palabras. El nombre no importa. Casi todos los políticos suelen llamarse sino igual bastante parecido. El que no es Excmo. es Ilustrísimo. En fin, que estaba frente a mi sonriente y educadísimo esperando que yo le preguntan las tonterías de siempre cuyas contestaciones enjundiosas les iban a dejar bien situadísimo.
Después de varias preguntas que sirvieron para abonar el terreno dándole confianza, le dije: – " Aprovecho que está Vd. aquí esta noche y me alegro de ello, pues quisiera explicarle algo que un buen amigo me ha contado ayer y que me tiene preocupado. Quisiera que Vd. que es una persona ecuánime y sobre todo inteligente me ayudará a comprender. El sonrió y con gran benevolencia me dijo: Cuente. Cuente. Yo continué animado por aquella sonrisa protectora. Le dije: Mi amigo tiene una pequeña empresa aquí en la Ciudad. Se dedica al comercio. Ya sabe Vd. -ellos siempre lo saben todo- importación. El bajó los ojos en señal de aprobación. Yo continué: Y como su negocio ha ido ampliándose un poco, pues ha tenido que contratar a una secretaría. Pero, el otro día la llamó para que le escribiera una carta y se quedó sorprendido, cuando ella le dijo con la mayor claridad: D. Fulano, si quiere Vd. que le escriba una carta, me tiene Vd. que pagar dieta… Me lo estaba contando y no me lo creía. ¿ Vd. que opina ? le pregunté. El político sonriente me contestó: Esa chica no está en sus cabales. Pedir dieta por escribir una carta. Y exclamó: ¡ Es inaudito !. Yo le miraba fijamente y con la mayor tranquilidad le dije: PUES YO CREO QUE HACEN VDS. LO MISMO. El se sintió sorprendido. No se esperaba aquella ofensiva… – ¿ Nosotros ?… Preguntó sin dejar de sonreír. No sé a que se refiere. Yo copiándole su sonrisa le pregunté: ¿ VDS. LOS POLITICOS NO COBRAN UN SUELDO POR SER CONCEJALES EN EL AYUNTAMIENTO ?… – El con seriedad me contestó: Si. Cobramos. Yo continué. Y COBRAN BUEN SUELDO. POSIBLEMENTE EL EQUIVALENTE A TRES O CUATRO VECES EL SALARIO MÍNIMO INTERPROFESIONAL. O SEA UNA BUENA PASTA. ¿ NO ? – El mosqueado dijo: No tanto. Pero si tenemos una buena remuneración. – REMUNERACION QUE SALE DEL DINERO PÚBLICO. ¿ No es cierto ?. – El mirándome inquisidoramente me contestó: Como casi todo, sale del dinero público. Entonces le dije: SI VDS. LOS POLITICOS TIENEN YA UN BUEN SUELDO POR SU TRABAJO. ME QUIERE VD. EXPLICAR, POR QUÉ COBRAN TAMBIÉN DIETAS CUANDO ASISTEN A UN PLENO. El me iba a decir algo pero yo le corté. Continué ¿ES QUE LOS PLENOS A LOS CUALES VDS. ASISTEN NO ENTRAN DENTRO DE LAS RESPONSABILIDADES QUE TIENEN, Y POR LAS CUALES COBRA ?… En ese momento se apagó la luz, y se “jodió” la entrevista. al poco tiempo, “prescindieron” de mí en la Tele ¿Pública?
