Coalición por Melilla (CPM), se equivoca y mucho, en su cabezonería de traer a Melilla un conflicto internacional como el que enfrenta a Israel y Palestina, una lucha de poderes en la que el pueblo palestino tiene todas las de perder por la superioridad armamentística israelí. Melilla no es el foro en el que se debe debatir este conflicto, no es el lugar en el que hablar de enfrentamiento de comunidades porque ese asunto no tiene nada que ver con la realidad de esta ciudad y sus ciudadanos.
Se equivoca al acercar a Melilla un problema de una magnitud tan elevada que lo único que provoca son posturas enfrentadas y, con ello, algún posible incidente. Por muy controlada que pueda estar una manifestación o una concentración de estas características, siempre se corre el riesgo de que alguien, libre y voluntariamente, enfervorecido por el odio, el enfado o como se quiera llamar, pueda ser el desencadenante de algo que pueda derivar en desorden público.
Se equivoca al convocar una concentración o manifestación a las doce y media de la noche en plena Plaza de España sin respetar el derecho de los musulmanes a vivir de una celebración tan intensa y especial como es el Ramadán en paz, así como del descanso del resto de ciudadanos melillenses que a esas horas o bien están durmiendo o disfrutando de sus momentos de asueto.
Mesura es lo que hace falta en estos momentos. Que los organismos internacionales hagan su papel sin miedos a ser acusados por unos de venderse al sionismo y capitalismo israelí, o de apoyar el terrorismo de Hamas en tierras palestinas. Tanto sentido tiene acercar el conflicto Palestino-Israelí a Melilla que manifestarse por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Si CPM convoca la protesta por cuestiones de índole religiosa, vuelve a equivocarse, porque eso sólo traerá más enfrentamiento y que el partido que lidera Mustafa Aberchán siga arrastrando el sambenito de partido confesional. Si es por este motivo, judíos contra musulmanes, la equivocación sería mayúscula y tendría el mismo sentido que si los católicos y cristianos de Melilla se manifestaran en contra de la masacre de cristianos en todo el mundo, algunos incluso acribillados en iglesias, a manos de grupos de fundamentalistas musulmanes como ocurrió la semana pasada en Nigeria donde murieron 500 cristianos, hombres, mujeres y niños. ¿Eso qué tiene que ver con Melilla? ¿Que en Melilla también viven cristianos y musulmanes? ¿Nos vamos a enfrentar por ese motivo? ¿Vamos a extrapolar a esta ciudad todos los conflictos del mundo?
Si el motivo de la protesta de CPM es por razones de poder, de la superioridad y poderío del estado israelí que utiliza toda su fuerza para defender unos derechos que considera propios y unos medios que ve lícitos, también vuelve a equivocarse. En ese caso habría que manifestarse también por lo que sí es una auténtica vergüenza y ostentación de poder sobre el más débil como es la violencia de género, el maltrato no ya ejercido por un hombre sobre una mujer, sino el desarrollado por el propio Estado en algunos países donde a la mujer se le niega el derecho a decidir sobre su propia vida, a poder conducir incluso, todo ello por una mala interpretación de santas escrituras.
A Israel se le aplica el dicho de “matar moscas a cañonazos”, asesinar a hombres, mujeres y niños con armas terroríficas con la excusa de defender lo que consideran suyo. Con Palestina ocurre lo mismo, salvo que lo hace con menos medios. El asesinato jamás puede tener amparo, ni justificación, pero desde luego Melilla no es el espacio en el que debatirlo. En Melilla, como ocurre en cualquier familia, la convivencia no es fácil, es algo que se debe mimar siempre, cediendo a veces uno y a veces otro, evitando la crispación que conduzca al conflicto. Si estallara ese conflicto, Melilla no saldría bien parada y nunca se recuperaría. CPM se equivoca porque la concentración de esta noche, hace más mal que bien a la convivencia en nuestra ciudad.
