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“Vamos a recurrir, el caso es raro, pero no hay prueba que demuestre que la niña nació viva ni de qué murió”. La abogada de Leila dice que el jurado fue "manipulado"

Condenadas por asesinato a 17 años de cárcel la madre y la abuela del bebé hallado muerto en 2012

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Leila Escofet ha sido condenada a 17 años, 6 meses y un día de prisión por el asesinato de la niña que dio a luz en diciembre de 2012, la misma pena que el juez ha establecido para la abuela del bebé, Fátima Mohamed. A la pareja de esta última, el magistrado de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial le condena a 15 años de prisión. La sentencia ya ha sido notificada a las partes, que tienen diez días hábiles de plazo para recurrir al TSJA, como harán, "evidentemente, porque, vale que el caso es raro, pero no hay prueba que demuestre que la niña nació viva ni de qué murió". Ana Hidalgo, abogada de Leila, cree que "manipularon" al jurado, que decidió en apenas horas y que "desde el principio, había condenado” a los acusados. La sentencia dice que “existió un verdadero dolo directo de matar”. El juez de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga ya ha dictado sentencia, a la que ha tenido acceso MELILLA HOY, sobre el caso del bebé encontrado muerto en diciembre de 2012, en un domicilio de Álvaro de Bazán. La Fiscalía pedía 20 años de cárcel para Leila Escofet, la madre del bebé, envuelto en una toalla, que la abuela, Fátima Mohamed, entregó cinco días más tarde. Para ella, la Fiscalía también pedía 20 años, y otros 18 para Ángel Márquez, la pareja de la madre de Leila. Finalmente, el magistrado José Luis Martín Tapia ha fallado 17 años, 6 meses y 1 día de pena para las dos primeras y 15 para él. De la misma forma, entiende que Mohamed Mohamed Benaisa, padre del bebé muerto, tiene que recibir una indemnización por daño moral, pero no 100.000 euros como pedía la Fiscalía, sino 6.000.

Hechos probados
La sentencia, como entendió el jurado popular, dice que queda probado que Leila sabía que estaba embarazada (cabe recordar que la joven defendió que fue a hacer de vientre y salió el bebé, sin saber que estaba de parto), que la niña nació viva y a término y que murió más tarde por anoxia mecánica derivada de una dificultad para respirar porque "Leila se desatendió de ella". De la misma forma, la sentencia dice que Fátima Mohamed conocía el estado de su hija, que la ayudó a dar a luz el 20 de diciembre de 2012 y que se encargó de limpiarlo todo con intención de ocultar el cadáver del bebé. A Ángel Márquez también se le culpa de ayudar en el parto y a ocultar lo sucedido.
"Nadie duda del hecho en sí del alumbramiento, de la existencia del cuerpo de dicho bebé, ni tampoco de la causa que determinó la muerte", dice la sentencia, que considera que se cumplen los siguientes elementos constitutivos de delito de asesinato: destrucción de una vida humana mediante la actividad del sujeto activo, existencia de una relación de causalidad entre la conducta y el resultado, presencia de un dolo de muerte y alevosía. "Existió un verdadero dolo directo de matar, pues no cabe duda de que esas personas, siendo conscientes de las consecuencias fatales que de su omisión se derivarían para la criatura, actuaron en la forma referida, no importándoles la suerte que inevitablemente se derivó de la misma. Tenían el deber de actuar, teniendo todos capacidad para hacerlo, y optaron por no hacer nada", asevera la sentencia.

Ana Hidalgo, abogada de Leila Escofet, calificó de "desastre" la sentencia, que van a recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, y al Supremo, si hiciera falta. Tanto ella como Mohamed Busian, abogado de la madre de Leila, piden la absolución total de sus patrocinados. La abogada comenzó opinando que "manipularon al jurado", porque no entiende que "un tema tan gordo" se decidiera el mismo día que el juez le entregó el objeto del veredicto, así como que éste lo emitieran pasada la 1 de la madrugada, "se quería que todo fuera en caliente, rapidito", declaró. "Desde el principio decidieron que estaban condenados" con "suposiciones, no hay ni una prueba" de que la niña nació viva, ni de que muriera por la forma de actuar de Leila o su madre. Ana Hidalgo criticó el informe de los forenses, por no tener en cuenta las hemorragias del bebé, así como lamentó las "hostias" que, considera, se dieron a los abogados en la sala cada vez que insistían en ello. Hidalgo considera que se dijeron muchas "burradas médicas" y defendió el currículum del forense que ella llevó, que defendió que no podía asegurarse que el bebé naciera vivo.

Hasta el Supremo
En el juicio, celebrado en febrero, "no se oyó que el bebé muriera por dejarlo tirado". Ana Hidalgo insistió en que Leila no dijo a nadie que estaba embarazada, que no sabía que estaba de parto y que el bebé no nació vivó, no entendiendo que se le culpe de asesinato cuando el caso no es comparable, dijo, a los bebés que son abandonados, puso como ejemplo, vivos en un contenedor. La abogada entiende que el caso es "raro" pero defendió que Leila no sabía muy bien lo que hacía, y que sólo puso el bebé muerto en la estantería para posponer algo que más tarde entregó su madre. La joven, que en octubre cumple 22 años, está en la cárcel desde la Navidad de 2012, "fastidiada" por no haber dicho antes lo que pasaba, según la abogada, por temer a recibir malos tratos de Mohamed, el padre del bebé. La abogada confía en que el TSJA les sea favorable, lo que podría conocerse en unos seis meses, de lo contrario, acudirán al Tribunal Supremo.

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Rosario Lopez

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