El teniente de la Guardia Civil Carlos Jesús Bocanegra, el sargento Juan Antonio Mata, y los guardias civiles Valentín Dávila, Juan Manuel Luna y Antonio Richarte recibieron ayer diversas condecoraciones por su labor profesional en el perímetro fronterizo. El acto se desarrolló en la Delegación del Gobierno. Abdelmalik El Barkani reconoció, de forma general a la Guardia Civil, su "delicado" trabajo de "vigilancia y custodia" de los límites fronterizos de Melilla. El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, impuso ayer cinco condecoraciones a cinco integrantes de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla que desempeñan su labor profesional en el perímetro fronterizo. En concreto, el teniente de la Guardia Civil Carlos Jesús Bocanegra recibió la Cruz de Oficial de la Orden al Mérito Civil. Por su parte, el sargento Juan Antonio Mata López recibió la Cruz de la Orden al Mérito Civil; y los guardias civiles Valentín Dávila, Juan Manuel Luna y Antonio Richarte recibieron la Cruz de Plata de la Orden al Mérito Civil.
El teniente Bocanegra, en nombre de sus compañeros, agradeció a sus superiores que se hayan fijado en ellos para recibir "tan alto galardón", y se mostró convencido de que "cualquiera de los que integran" la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla podrían haber sido propuestos y recompensados con esta distinción.
Bocanegra hizo hincapié en que, como elemento común de los cinco condecorados en la mañana de ayer, está el hecho de que pertenecen a la Compañía de Melilla, la Unidad dentro de la Comandancia que tiene como prioridad la vigilancia del perímetro fronterizo y el control de la inmigración irregular.
"El drama de la inmigración y el control de la frontera, que fue especialmente difícil el año pasado, es de una magnitud inmensa, quizás tan sólo comparable con el de la codicia de las mafias que trafican con seres humanos", indicó el teniente Bocanegra, que aseguró que nadie como los agentes de la Guardia Civil "conocen este drama humano", ya que son ellos los primeros en "abordarlo y comprobar en muchas ocasiones la desesperación de estas personas". Eso sí, no olvidó que también son los encargados de la vigilancia de la frontera y del cumplimiento de la Ley.
Agradeció Bocanegra el "respaldo constante y sin fisuras" que la Guardia Civil de Melilla ha tenido "siempre" del Ejecutivo de la nación, del delegado del Gobierno y del presidente de la Ciudad Autónoma, además de las "múltiples muestras de cariño y apoyo" de los ciudadanos.
Por su parte, el delegado del Gobierno señaló que era "un placer" presidir un acto en el que se reconoce el "celo profesional y el trabajo ejemplar" de quienes "día a día ayudan a garantizar nuestra seguridad, al tiempo que defienden los intereses generales de Melilla y, por tanto, de España".
El Barkani aseveró que los cinco guardias civiles que recibieron las condecoraciones son "merecedores" de ellas por su "abnegación, su seriedad, su responsabilidad y acierto" en el ejercicio de sus funciones como miembros del Instituto Armado. Además, dijo el delegado es que una nueva oportunidad para reconocer también, de forma general a la Guardia Civil, su "delicado" trabajo de "vigilancia y custodia" de los límites fronterizos de Melilla.
El delegado subrayó que se trata de una "misión difícil que, de forma absolutamente injusta, le ha ocasionado críticas irresponsables" a los agentes, si bien la mayoría de los ciudadanos, "y por supuesto el Gobierno de España", reconocen y ponen en valor en "toda su amplitud, más allá de las demagogias, los partidismos y las posiciones interesadas de quienes son capaces de denunciar hoy lo que no hace mucho tiempo defendían con vehemencia y denuedo".
Para El Barkani, los guardias civiles realizan un cometido "importantísimo" en Melilla, una ciudad fronteriza a la que hay que añadir la "extrema diferencia per cápita a un lado y otro de la frontera, y su condición de puerta sur de Europa en el continente africano".
Los cinco agentes galardonados ayer, cuatro de los cuales son de Melilla, aunque todos "de corazón y compromiso con nuestra tierra", realizan su trabajo en la valla. El teniente Bocanegra es el encargado de dirigir el dispositivo antiintrusión que se despliega cada vez que hay una amenaza de salto masivo por parte de inmigrantes subsaharianos, mientras que el sargento primero Juan Antonio Mata es quien coordina este dispositivo antiintrusión.
Los guardias Valentín Dávila, Juan Manuel Luna y Antonio Richarte conocen también "muy de cerca" el trabajo en la valle, el "difícil equilibrio que hay que conjugar para, sin menoscabar la obligación legal de de defender nuestras fronteras, atender también el drama humanitario de los inmigrantes que llegan a las puertas de Melilla en situación desesperada".
El Barkani reiteró su apoyo a la Guardia Civil de Melilla por la "gran labor" que realiza, y dejó clara su "convicción en los beneficios sociales" de una inmigración ordenada y regular que contribuya a generar riquezas para los inmigrantes y para el país en el que estos se integran.
Por ello, el delegado mostró su deseo en que Europa siga avanzando para conseguir "una política común de inmigración" que permita regular los flujos migratorios y, así, enfrentarse al reto que supone la inmigración irregular y desordenada "de la manera más humanitaria y conveniente para los intereses generales de la Unión Europea (UE)".
Se reafirmó El Barkani es que las políticas no deben ser sólo policiales o de control fronterizo, sino que es "preciso actuar de origen", en los países emisores de inmigrantes, en los de tránsito y, especialmente, contra las mafias que trafican con seres humanos. "Hablamos de la necesidad de llevar a cabo políticas de cooperación al desarrollo de los países de origen", apuntó el delegado, que se preguntó por qué no se desarrollan iniciativas de cooperación a la inmigración desde el origen.
Por todo ello, el delegado aseveró que la Guardia Civil, "lejos de estar en entredicho", ha contribuido a "humanizar" un drama que "en la valla ofrece el contraste entre el primer y el tercer mundo".
