Hoy todo el mundo habla de Ciudad Autónoma para referirse a Melilla y Ceuta. Pero conseguirlo no fue fácil y el alcalde de entonces, Ignacio Velázquez, echó mano de astucia para lograr que el PSOE, sin darse cuenta, aprobara esta denominación pese a que se oponía frontalmente a él. Según recordó Velázquez, él fue quien acuñó el término, lo que le costó “una bronca enorme” a través de un editorial del diario El País en el que lo acusaban, incluso, de pretender la independencia de Melilla. El entonces ministro socialista de Administraciones Públicas también le reprendió por la ocurrencia y le hizo saber que el PSOE prefería decir “ciudad con Estatuto de Autonomía”.
El alcalde dejó pasar el tiempo hasta que llegó el momento de aprobar un reglamento orgánico como consecuencia de la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía. “Se titulaba Reglamento Orgánico de la ciudad Autónoma de Melilla y yo cedí lo indecible ante el PSOE con tal de que se aprobara, cosa que se logró por unanimidad. Cuando les di las gracias por ello y por aceptar el término Ciudad Autónoma, el PSOE se tiró de los pelos”, recordó victorioso.
