Los sindicatos ACAIP-UGT y CSIF han coincidido este lunes en denunciar que un preso conflictivo quemó pasadas las 20.00 horas del domingo su celda, lo que afectó a otros reos. En total cinco de ellos tuvieron que ser atendidos por inhalación de humo, entre ellos el propio causante del fuego.
El reo, un interno catalogado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias como interno de especial seguimiento debido a su inclusión como “islamista”, se encontraba en aislamiento provisional por haber protagonizado dos días antes una pelea con otros internos, según los citados sindicatos. Al respecto, ACAIP ha detallado que como consecuencia de esa agresividad, se le aísla del resto de internos dentro del mismo modo de convivencia. Se le realiza un cacheo en su celda y se le requisa entre otros objetos, 3 móviles, un destornillador de grandes dimensiones, pastillas psicotrópicas almacenadas en un taper, hachís en tabletas en una buena cantidad, y una lista de morosos de sus “negocios”. Todo en un “zulo” dentro del armario de obra de su celda.
Ante la gran humareda que se formó en minutos, CSIF ha resaltado que los trabajadores penitenciarios y Jefes de servicio decidieron por la integridad de los internos evacuarlos al patio, a una zona segura evitando un mayor número de intoxicaciones por inhalación y otros males mayores que se hubiesen podido ocasionar.
Tanto ACAIP como CSIF han asegurado que el interno que provocó el incendio no debería haber estado en ese módulo cumpliendo ese tipo de aislamiento, sino en el departamento de régimen especial indicado para ese tipo de situaciones. “Lo que ocurre, es que dicho módulo no se encuentra operativo, está prácticamente inhabilitado por su mal estado de conservación, pese a todos los escritos, informes negativos de todos sindicatos a la dirección del centro para que se haga una reforma integral del mismo, pero como ocurre siempre, los días, los meses pasan sin hacer nada” han lamentado en sendos comunicados.
Los dos sindicatos han felicitado a los trabajadores por el control tanto del fuego como de la situación, que evitó males mayores. Ningún funcionario se vio afectado por la humareda y los cinco reos intoxicados pudieron ser atendidos en la misma prisión, sin necesidad de su evacuación al hospital.
