Para algunos, escribir sobre los héroes, es solamente una cosa mecánica, y de estudio didáctico, para que otros lo lean, y aprendan; para mí, la verdad, es como si me alimentara el alma. La carta de hoy está escrita por un Laureado, 1º Teniente del Rgto. Infantería Melilla nº 59, epónimo héroe, Laureado de la “Guerra del 9”, y dice así:
“Queridos melillenses: Me llamo, Rafael de los Reyes Ortiz, y soy 1º Teniente del Rgto. de Infantería Melilla nº 59. Les escribo desde el Panteón de Margallo. Estoy casado, y tengo un hijo precioso. Nací el 31.03.1871, en Antequera, en la provincia de Málaga, en una cortijada cercana a la famosa “Peña de los Enamorados”, que Archidona, pueblo vecino, con su plaza ochavada, siempre anda de disputa por su pertenencia, y por su bella historia, que por el espacio de esta carta me es imposible relatarles. Mi currículo es muy sencillo: Ingresé en el Ejército, como educando-corneta, en abril de 1888. Más tarde estuve destinado, como escribiente, en los Batallones de Infantería de Cataluña, y Cuba; y en los Regimientos de Infantería: Almansa 18; Reserva de Málaga 69 (Caja de reclutamiento); de Jaén 30; Extremadura 15, y finalmente, como Primer Teniente, en el Melilla 59. El 23.07.1909, formando la columna del Coronel Álvarez Cabrera, los moros me mataron en Sidi Musa, en las estribaciones del Gurugú. A mi lado tengo al compañero Francisco Roca LLobet, también 1º Teniente de Infantería, pero perteneciente al Bon. de Mérida nº 13. Roca tiene solo 28 años, y es soltero. Nació en Granollers, en la provincia de Barcelona, en enero de 1881. Nos conocimos cuando los dos estábamos destinados en el Rgto. de Almansa nº 18. Él también perteneció al Navarra 29, Cantabria 39, a los Batallones de Cazadores de Reus 16, y al Mérida 13. Herido gravemente en las dos rodillas en el combate del día 20, en Sidi Musa, murió en el Hospital Militar, dos días después; y desde entonces estamos los dos en el mismo Panteón; él en la misma fila que la mía, la nº 1, pero en el nº 7, y yo en el nº 4. Paco me está diciendo que no sea tan modesto y os diga, que estoy en posesión de la Laureada de San Fernando, y de las Medallas del Mérito Militar, con distintivo Rojo, y otra de 1ª Clase; como él, que posee la de Alfonso XIII. También que diga, que desde el día que nos mataron los moros, a los dos nos ascendieron a Capitán. Bueno, pues dicho está. Como ya se han prolongado un poco nuestras historias, nos despedimos de ustedes, con todo nuestro cariño, no sin antes rogarles que no dejen de visitarnos, para que nuestras almas, como voces de canto, de bajos, tiples y contraltos, tan suaves y melodiosas, que cantan a este aire tan azul, donde nuestras notas aladas, suben y bajan hasta que se desvanecen con la oscuridad de las noches en los acantilados”.
Si estos soldados, con sus estrellas de oficial, nos dicen que sus almas cantan al aire azul de nuestra ciudad, en los acantilados; yo les rindo mi más profundo respeto por el hecho que les causó esa muerte tan gloriosa, defendiendo a la Patria, en las estribaciones del Gurugú, hace ahora más de un siglo. También hace años, desde el Destacamento de la Desinfección Vizcaya, escribí un pequeño poema en su honor: “Sobre la roca caliza,/ baluartes artillados./ Por sus callejas de cuestas/ salitre que vuela./ Rusadir, "Pueblo",/ antigua ciudad española,/ monumentos en mi alma te hago/ por los héroes muertos/ que son olvidados. Y como siempre, para tener encendida la llama de mi perenne petición, repito que el Cementerio de La Purísima, debe denominarse: “CEMENTRERIO NACIONAL DE HÉROES”. También si desean leer el “Pedimento de la Virgen de la Victoria”, solo deben escribir: http://.pedimento.blogspot.com.es/
