Viendo el fin de semana pasado, en una de las muchas plataformas de cine y series existentes, la película austriaca del año 2022 “La sentencia”, pude comprobar como el miedo y los poderes ocultos que actúan con impunidad pueden convertir nuestras vidas, si no perdemos el miedo y actuamos, en un martirio sin fin.
La citada película, ambientada en la Viena de 1962, una ciudad que en aquella época aún no había superado su pasado nazi, narra una historia real que gira en torno a Víctor Dessauer, un niño judío que, en el invierno de 1944, ve cómo casi toda su familia es masacrada por los nazis. Dieciocho años después, con la ayuda del famoso cazanazis Simón Wiesenthal, consigue llevar ante la justicia al asesino de su familia, pero el sistema político y legal vienés sigue en manos de exnazis y este es declarado no culpable. Además, el antisemitismo y el nazismo permanecen en todos los ámbitos de la sociedad y Víctor se ve rechazado por la familia de su novia. Finalmente, desesperado, el joven judío se toma la justicia por su mano y emigra a EEUU.
Es imposible ponerse en la piel de los familiares de los judíos masacrados por los nazis, pero es obvio que el genocidio judío y otras muchas atrocidades o abusos similares no hubieran sido posibles sin los silencios cómplices o sin climas favorables a ellos (inducidos o reales).
En España hay mucho miedo y hay “climas” creados por la izquierda comunista (avalada por Pinocho Sánchez) que pretenden aborregarnos, controlarnos y dirigirnos (tanto nuestros pensamientos como nuestros bienes) en la dirección que más les conviene a unos cuantos (como hicieron los nazis en Alemania: les seguían los acólitos y también, por miedo a las represalias, la gran mayoría silenciosa). Algunos ejemplos: Si defiendes la españolidad de los territorios que dominan los nacionalistas eres un fascista; Si llevas una bandera de España eres un facha; Si ganas dinero (aunque emplees a muchas personas) eres un explotador y hay que freírte a impuestos; Si en un partido no estás de acuerdo con su líder, más vale que calles porque sino te machacarán; Si defiendes lo privado frente a la ineficacia (y alto coste) de lo público, es que quieres acabar con el estado del bienestar (su objetivo es: todos igualmente pobres y ellos ricos y controlándonos); Si no estas de acuerdo con los pactos (no conocidos) de nuestro mentiroso nacional, Pinocho Sánchez, con Marruecos, eres un antipatriota; Si los jueces no dictan a su favor es que no son independientes y, por tanto, hay que cambiarlos por otros afines al gobierno social-comunista gobernante; Si estas en contra del aborto, aunque sea en algunos casos, eres un machista que está en contra de las mujeres; Si te va bien en los negocios, hay que hacer que una gran parte de tus beneficios pase al Estado, para que ellos puedan usarlos a su antojo y seguir favoreciendo a los suyos; Y un larguísimo etc.
En resumen, debemos perder el miedo y luchar contra el “clima” y los abusos que pretenden hacer que, como hicieron con los judíos en la Alemania nazi, nos sintamos seres inferiores a los que explotar y que deben soportar todos los maltratos sin rechistar.
Autónomos explotados y engañados
Dentro del “clima” promovido por Pinocho, se ve a los autónomos como ciudadanos de segunda que pagaban poco a la Seguridad Social y a los que no se tenía (hasta las últimas medidas adoptadas por el gobierno) suficientemente controlados.
Se ha establecido un nuevo sistema de cotización que hace que, pese a la propaganda previa de Pinocho y sus borregos/ministros que lo vendió como un sistema que mejoraría la situación (bastante mala ya) del colectivo, la gran mayoría vaya a pagar más.
El nuevo sistema de cotización puesto en marcha por el Ministerio de Seguridad Social pretende que los autónomos coticen por sus ingresos reales comunicados a la Agencia Tributaria, una vez restados los gastos por desarrollar su actividad.
Pese a que lo vendieron como un gran logro, que iba a hacer que la gran mayoría de los autónomos pagase menos, la realidad es otra. La inmensa mayoría van/vamos (en mi caso, ya estoy pagando más sin tener grandes ingresos) a pagar más y nos van a tener mucho más controlados. Difícilmente vamos a pagar menos cuando el propio ejecutivo ha reconocido recientemente que espera ingresar hasta un 0,5% del PIB al año cuando las cotizaciones de los trabajadores por cuenta propia se equiparen a las de los asalariados. ¡Un engaño más!
