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Desde mi otero

Astra Zeneca: Para ese viaje no hacía falta tanta alforja

El refranero español, fuente inagotable de sabiduría popular, viene al pelo en la situación generada con la vacuna de Astra Zeneca, y más en concreto con su segunda dosis, porque no es de recibo que transcurridos más de cuatro meses, se tenga ahora la conformidad para hacer lo que pone la ficha técnica -como ya se preveía desde estas líneas hace dos meses-. Así lo han dicho la Agencia Europea del Medicamento, más de 20 sociedades científicas y de 100 expertos de máximo nivel, coincidiendo con lo que el sentido común y el estado de la pandemia, indicaban como ¡necesarios!.
Todos conocemos lo ocurrido, a los graves incumplimientos del suministro comprometido con la Europa comunitaria por parte de esta farmacéutica, le siguieron la publicación de serios efectos secundarios -aunque en una proporción menor a la otros fármacos en uso, y en cualquier caso mucho menor que sus indudables beneficios-; sin duda ello afectó de modo notorio, tanto las relaciones de la U.E. con la compañía, como -y fue lo peor-la confianza ciudadana en la seguridad de esta vacuna.
En este punto, la oportuna oferta por parte de Pfizer de aumentar su producción para Europa, es una salida de emergencias para la Comisión Europea, que ya comenzaba a ver cuestionada su gestión de la contratación de las vacunas, y además era una ocasión para “cobrarle» a Astra Zeneca sus palpables incumplimientos que están ya en sede judicial; sin embargo, el posicionamiento a favor de continuar la pauta de Astra Zeneca, por parte de organismos oficiales como la Agencia Europea del Medicamento o la propia O.M.S., quebró la hasta entonces unidad de criterio y de acción de los países de la U.E., y una derivada de ello fue el que algunos países mantuvieran el calendario vacunal, mientras que otros lo hicieran con la paralización cautelar de la misma, encargando ensayos clínicos ad hoc ( para esta situación), que de forma extensa y diversa han sido rechazados por poco rigor metodológico, como es el caso del estudio del Instituto de Salud Carlos III sobre la indicación de completar la pauta con una dosis de Pfizer, y en cualquier caso, su imposible uso como criterio de validez general.
España, que se alineó en esta segunda opción, suspendió provisionalmente la continuación de la vacunación con Astra Zeneca, sin dar más opción que esperar, primero al pronunciamiento de los órganos reguladores, y después al resultado de estudios al respecto; lamentablemente, las consecuencias de ello es que muchos de los más de 2 millones de vacunados con la primera dosis, no recibirán en su debida fecha la segunda. Con ello, y es lo más grave, se perdió -y continúa perdiéndose- el indudable efecto protector que dicha pauta hubiera logrado sobre la globalidad de la población; todo ello por el permanente afán escapista del gobierno de Pedro Sánchez a sus responsabilidades, y cuyo último episodio fue la consulta al Comité Bioético Español, que no ha aportado valor alguno al tema.
En Melilla hace ya un mes, que los primeros receptores de esta vacuna en nuestra ciudad, deberían de recibir recibido su segunda dosis para completar su pauta vacunal, y ejercer ese efecto protector citado antes -se cifra su número en 5000 personas, la gran mayoría de grupos esenciales para la sociedad (¡menos mal que eran esenciales!)-. En ambas situaciones, pasado el tiempo necesario, se conocerán las consecuencias -en número de prevención de contagios, enfermos y muertes-, que esta estrategia ha evitado.
N.A.- Este espacio de opinión lo he reservado siempre para el tema de la epidemia, por considerar que ha sido y es la primera y principal preocupación ciudadana -en España y en Melilla-; lo ocurrido esta semana con los asaltos marroquíes a Ceuta y Melilla, considero -es lógico-que han desplazado incluso a la epidemia de ese lugar preferente, y por ello me hago eco de los mismos, solo con dos apuntes.
El primero, y apunto un dato muy trillado, el extremo grado de diferencia del P.I.B. a ambos lados de la frontera que es único en el mundo -pudo lllegr a ser 1/50-, y por ello es puesto como ejemplo de orígen de movimientos poblacionales, pero también tiene una paradoja única, normalmente el estado de mejor nivel socioeconómico es el que controla la apertura y cierre de pasos-léase E.E.U.U. con el muro de Trump-; sin embargo en las fronteras terrestres de España y Marruecos, es éste -el estado menos desarrollado-, el que cierra y abre la frontera cuando le viene en gana. Y esto es un pésimo indicio de nuestra situación en la cuestión, la de España en general y ¡la de Ceuta y Melilla en particular!
Segundo, cierro mi reflexión sobre el tema, destacando que ese desplazamiento del foco del interés de la opinión ciudadana, desde otros temas -léase frecuencia de comunicaciones, fin del confinamiento, mejoría económica,…. incluso el estado de la epidemia¡- a los asaltos, trae inquietud, desconfianza y temor de la ciudadanía; ante ello, ésta demanda una respuesta firme, rotunda y reflexiva, que sea la base de una relación estable, estrecha y leal de ambos países, pero no olvidemos quién es nuestro interlocutor, por lo que serán necesarios el guante de seda y el puño de hierro.

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