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Historia

Aquel olvidado Atlético

Partido de Liga Primera División (20/1/1952). Estadio Varela. Atlético de Tetuán vs Santander (5-1). Pachón y Castillo despejan el balón ante la atenta mirada de Humanes. (Foto familia Humanes)

La exposición “Tetuán a rayas” recupera del olvido, sesenta años después de su desaparición, al Atlético de Tetuán a través de una muestra organizada por la Asociación Los 50 con la que se acerca al gran público la historia de un club que, bajo los colores rojiblancos del Atlético de Madrid, ha desempeñado un papel integrador y de convivencia entre distintas culturas y religiones. Valores que la Asociación Los 50 pretende mantener vivos y que nos llevan a recordar la figura de un jugador como Antonio Humanes, que los defendió a lo largo de toda su vida.

Antonio Humanes Díaz nació en Villaluenga de la Sagra, provincia de Toledo, el 13 de junio de 1920. Pronto empezó a destacar entre los jóvenes del pueblo por su altura y fortaleza física. Con diecinueve años recibió la notificación para su incorporación al servicio militar, en el cuartel de infantería Recaina de Tetuán. Durante el periodo de instrucción comenzó a jugar al fútbol en el equipo del cuartel, donde destacó por sus cualidades en el juego. A pesar de ser destinado a Lérida para continuar con el servicio militar, los mandos militares impidieron su marcha por ser uno de los jugadores más destacados y durante tres años ejerció de jefe de cocina de suboficiales.

Años antes de la llegada de Humanes a Tetuán, el 12 de marzo de 1933 el Athletic de Tetuán había sido fundado por un grupo de militares entre los que se encontraba un antiguo jugador del Athletic Club de Madrid, el teniente de intendencia Fernando Fuertes de Villavicencio, con la ambición de ser el máximo exponente de la región. Para su constitución utilizaron los estatutos del Athletic Club de Madrid como base de los del nuevo club y tomaron los colores rojiblancos del equipo madrileño para sus uniformes. Como presidente de la Primera Junta Directiva fue elegido Eduardo Lomo Godoy, cirujano y director del hospital civil de Tetuán. Cuando en 1940 entró en vigor una Orden gubernamental que exigía “españolizar” todos los nombres extranjeros, el Athletic Club de Tetuán pasó a denominarse Club Atlético de Tetuán.

Finalizado su servicio militar en 1944, Humanes se incorporó a la disciplina del Atlético en la categoría regional. Se estableció en la ciudad de Tetuán, donde conoció a Carmen, tetuaní de nacimiento e hija de una pareja leonesa de Boñar, propietarios de una fábrica de pan próxima a la Puerta de la Reina. Fruto de esa relación nacieron sus tres primeros hijos: Antonio, Ricardo y Luis.

Con el Atlético de Tetuán en Tercera División, en 1946 accedió el tetuaní Julio Parres a la presidencia del club. Durante los diez años que Parres ostentó la presidencia tuvo una trayectoria inmejorable consiguiendo mantener saneada la economía del club. Gracias en parte a las rifas de automóviles de marcas americanas, como Buick, Cadillac, Chevrolet, Oldsmobile y Pontiac, que organizó el Atlético, en combinación con los sorteos de Navidad o del “Niño”, que alcanzaron gran popularidad.

En la temporada 1948/49 el Atlético de Tetuán conformó una gran plantilla con la que consiguió el ascenso a Segunda División. Además de Juan Tur, como portero, Lesmes, Matito, Humanes, Ramoní y Sevilla consiguieron ser la defensa menos goleada de todas las categorías nacionales. Humanes ya se había erigido en uno de los estandartes del equipo y era su capitán. Pero los sueldos que cobraban los jugadores aquellos años apenas les permitían tener una vida desahogada, así que Humanes decidió abrir una ferretería en Rio Martín. Un año después trasladó el negocio a Tetuán, a la calle Calvo Sotelo, muy cerca de la Plaza de España.

Los éxitos rojiblancos llegaban a todo el norte de África gracias a las emisiones de Radio Tetuán, emisora propiedad de la empresa Torres Quevedo, que tenía su centro emisor en el monte Dersa. Desde los estudios de la calle Cardenal Cisneros, Rogelio Díez Alonso llevaba a los oyentes toda la información deportiva con gran emoción. En ocasiones lo hacía desde el propio estadio Varela, como el 22 de abril de 1951, el día en que el Atlético de Tetuán consiguió el mayor éxito de su historia: el ascenso a la Primera División de la Liga española. Aunque el ascenso lo tenía asegurado desde la jornada anterior, el último partido de liga se celebró en un día festivo en un repleto estadio Varela. El Atlético goleó al Hércules por tres goles a cero. Al día siguiente el periódico África Deportiva dedicó un número especial al ascenso de los rojiblancos con un destacado titular en su portada: “¡Campeones!”. Pero los éxitos de aquel año no quedaron ahí, Antonio Humanes fue galardonado por la Real Federación Española de Fútbol con la medalla de bronce al mérito futbolístico como reconocimiento a su trayectoria en el Atlético de Tetuán.

En la máxima categoría, a las órdenes del entrenador Santiago Núñez, el equipo conservó la mayoría de los jugadores del ascenso, a los que se incorporaron Esteban Alarcón, procedente del equipo filial -el Español- y otros dos jugadores procedentes de Tánger: Jaco Zafrani, judío, y el musulmán Lahsen Ben Mohamed, “Chicha”, quien se erigió en la gran estrella del equipo. Los jugadores del Atlético de Tetuán que participaron en el Campeonato de Liga en Primera División en la temporada 1951/52 fueron Hurtado, Pachón y Rafa Panadero como porteros; los defensas Castillo, Humanes, Seisdedos, Alarcón y Jaco; Solano, Martí-Gimeno y Sevilla como centrocampistas, y los delanteros Vivet, Patricio, Manolín, Moreno, Chicha, Julián, Antoñito y Saborido.

Aunque el paso por la Primera División fue efímero, al quedar último de la clasificación, significó una gran satisfacción, tanto para el Atlético como para los aficionados de Tetuán y de las ciudades próximas, al tener la posibilidad de ver jugar en el estadio Varela a equipos como el Real Madrid, Atlético de Madrid, Atlético de Bilbao o el Barcelona, que a la postre sería el campeón de Liga esa temporada. Ya fuera en las gradas del estadio Varela o sobre el terreno de juego, cristianos, musulmanes y judíos estaban unidos por los colores rojiblancos.

Después de nueve temporadas y tras participar en todos los ascensos del Atlético de Tetuán, desde la categoría regional hasta Primera División, Antonio Humanes abandonó su disciplina y fichó por la Sociedad Deportiva Ceuta, que se encontraba en Tercera División. En Ceuta jugó una única temporada antes de su retirada del fútbol.

Tras su paso por la Primera División, el Atlético de Tetuán disputó las siguientes cuatro temporadas en Segunda, siempre en los primeros puestos de la clasificación, en las que disputó sin éxito dos promociones de ascenso. El último partido que jugó en la Liga española fue en el estadio de Heliópolis contra el Betis, al que derrotó por un gol a cuatro.

Con la firma de la declaración conjunta hispanomarroquí, el siete de abril de 1956, en la que España reconocía la independencia de Marruecos, el Atlético de Tetuán estaba abocado a desaparecer o fusionarse con otro club español para garantizar la continuidad de su patrimonio. Julio Parres acordó con José Benoliel Bentata, presidente de la Sociedad Deportiva Ceuta, la fusión previa disolución de ambos clubs en una nueva entidad, el Club Atlético de Ceuta, que fue efectiva el 11 de julio de 1956.

Cuando terminó su carrera deportiva en Ceuta, Antonio Humanes volvió a Tetuán a dirigir su negocio de ferretería hasta que en 1961 abandonó Marruecos junto con su familia con destino a Madrid, donde nacieron sus hijos Baltasar y Carlos. Humanes falleció a los 93 años, el día de San Fermín de 2013. Antes de morir supo transmitir, a lo largo de toda una vida, los valores y el sentimiento por unos colores, los rojiblancos del Atlético de Madrid.

Esos valores rojiblancos son los que la Asociación Los 50 pretende mantener vivos a través de la recuperación de la historia de un club con la solera del Atlético de Madrid. Con este objetivo, en el transcurso de una investigación surgió un vínculo entre el Atlético de Madrid y el desparecido Atlético de Tetuán a través de la figura de Fernando Fuertes de Villavicencio. Como ya se indicó, Fernando Fuertes había sido jugador del Athletic de Madrid, precursor del Athletic de Tetuán y, tras su paso por Marruecos, entre 1955 y 1964 fue vicepresidente del Club Atlético de Madrid bajo la presidencia de Javier Barroso. Esta conexión propició que la Asociación Los 50 decidiera ampliar la investigación e intentar recuperar del olvido al Atlético de Tetuán a través de una exposición.

El objetivo de la muestra “Tetuán a rayas” es acercar al gran público lo que significó el Atlético de Tetuán en una ciudad de acogida y de convivencia entre las distintas culturas y religiones en la que el fútbol desempeñaba un papel integrador. La exposición de fotografías retrospectivas se completa con textos de las escritoras Almudena Grandes y Esther Bendahan, de origen tetuaní.

Gracias a la colaboración de la Consejería de Cultura y Festejos de Melilla, Centro Sefarad, la Asociación La Medina y el Real Club Marítimo de Melilla, la exposición “Tetuán a rayas” se podrá visitar en Melilla hasta el 30 de abril. Tras visitar las ciudades de Tánger, Tetuán, Ceuta, Tel Aviv, Jerusalén y Madrid, nos queda la satisfacción de volver a traer a la actualidad aquel olvidado Atlético, sesenta años después de su desaparición.

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