Fue el 30 de julio cuando un juzgado sentenciaba una orden de alejamiento a un hombre que prohibía toda comunicación y aproximación a la que había sido su pareja durante cuatro años. Este martes el Juzgado de lo penal nº2 celebraba un juicio en el que se acusaba al mismo hombre por un presunto delito de violencia doméstica y de género tras golpear y amenazar por wasaps a su expareja. Fue el 30 de julio cuando un juzgado sentenciaba una orden de alejamiento a un hombre que prohibía toda comunicación y aproximación a la que había sido su pareja durante cuatro años. Este martes el Juzgado de lo penal nº2 celebraba un juicio en el que se acusaba al mismo hombre por un presunto delito de violencia doméstica.
Al día siguiente de declarar dicha sentencia, el acusado empezó a enviarle wasaps insultándola y amenazándola con frases como que "la iba a volver loca, que "no era de fiar". Tras iniciar la discusión por estos mensajes el mismo 1 de julio quedaron presencialmente según el acusado para “retomar” la relación, aunque tras una discusión el acusado terminó golpeándola hasta que llegó la policía y lo detuvo.
De esta manera, los agentes tras escuchar las partes detuvo al acusado ya que además de los hechos que ocurrieron ese mismo día, había quebrantado la sentencia que el juzgado le había impuesto el día anterior.
Según contó el acusado durante la vista, las palabras que transmitió por wasaps a la demandante eran casi una declaración de amor, "nos queremos, pero ese amor te puede volver loca", aseguró. En cuanto a los golpes que recibió la demandante asegura que ella también le pegó y que él le dio "sin querer", aunque las secuelas que recoge el informe médico forense no refutan esta versión. Por ello, y a pesar de que la demandante se acogió a su derecho a no declarar ante el acusado que se encontraba en la sala, la fiscalía pide condenar estos hechos que además de un delito de violencia de género y doméstica recoge un delito leve de injuria y otro de lesiones.
