Autor Farid Mohamed, colaborador de Melilla Hoy
El Aeropuerto de Melilla desempeña un papel esencial en la vida social, económica y cultural de la ciudad. Como única puerta aérea de entrada y salida, garantiza la conexión con la Península y facilita los desplazamientos tanto de residentes como de visitantes, contribuyendo al desarrollo turístico y empresarial.
Su apertura oficial tuvo lugar el 30 de julio de 1969. Desde entonces y hasta 2025, el aeropuerto ha registrado un crecimiento constante y acumulado de usuarios; se estima que han pasado por sus instalaciones alrededor de 1O a 12 millones de pasajeros en total, dato que da idea de la magnitud de su contribución al desarrollo de Melilla. Este pasado mes de agosto, precisamente, resultó ser el mes de mayor tráfico en toda la historia de la infraestructura, con 51.017 pasajeros (1.600 usuarios diarios de media) y más de mil vuelos.
Fui recibido por su director, Miguel Palomares, quien en la entrevista destacó la importancia de este enclave estratégico, que cada año gestiona miles de operaciones y pasajeros. Subrayó que la principal misión del aeropuerto es asegurar la prestación de un servicio público de calidad, garantizando la seguridad, la eficiencia y la accesibilidad para todos los usuarios.
Asimismo, el responsable de la infraestructura señaló el compromiso de Aena con la modernización y mejora constante de las instalaciones. En los últimos años, el aeropuerto ha experimentado avances significativos en materia tecnológica, de seguridad operacional y de atención al pasajero, reforzando su papel como motor de progreso para Melilla.
El director también puso en valor el esfuerzo de todo el equipo humano que trabaja en el aeropuerto, desde personal técnico y operativo hasta los servicios de atención al cliente, cuya profesionalidad y dedicación resultan imprescindibles para el funcionamiento diario.
De cara al futuro, el Aeropuerto de Melilla afronta el reto de seguir creciendo de manera sostenible, ampliando su oferta de conexiones y adaptándose a las nuevas demandas de movilidad.
Todo ello, con el objetivo de fortalecer el vínculo de Melilla con el resto de España y consolidar su posición como un enclave estratégico en el norte de África, facilitando, así mismo, la vertebración del territorio, la conectividad y la accesibilidad universal del transporte aéreo.
La Guardia Civil se encarga de vigilar la zona restringida y todo el perímetro del aeropuerto, incluidas las pistas, las 24 horas del día, los 365 días del año, desde su inauguración. Por su parte, la Policía Nacional se encarga del control de acceso de pasajeros y de la documentación.
Mi agradecimiento al Sr. Miguel Palomares, director del Aeropuerto de Melilla.
