Carta de agradecimiento en nombre de la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria
Un año más, Virgen Bendita de la Victoria, hemos podido celebrar la novena en tu honor. Un año más el Sagrado Corazón de Jesús ha sido testigo de la devoción que el Pueblo de Melilla siente por ti.
Desde el 30 de agosto al 7 de septiembre, sabemos que cada día nos esperas con alegría, como la Madre que aguarda en casa la llegada de sus hijos.
Este año nuestro querido Paco, Francisco Gámez Pérez, nos regaló una maravillosa y emotiva presentación del no menos espectacular cartel de Luis Legido Frías. Ese 23 de agosto, más de una lágrima resbaló por las mejillas de los presentes al acto.
Cuando arte, sentimiento y devoción se unen el resultado no tiene calificativo posible, porque lo supera todo y lo puede todo.
Nueve días de oración, de elevar plegarias al Padre teniéndote a ti como Mediadora, Virgen Bendita de la Victoria. ¡Y es que nos haces tanta falta!
Hay momentos en los que nos sentimos desfallecer, en los que flaquean las fuerzas sobre todo cuando pensamos en nuestros hermanos que viven en países en guerra, en lugares donde la hambruna está devastando miles de vidas.
Nosotros no podemos ser impasibles ante esto. Por eso cada oración ante tu Hijo Amado, cada rezo del Santo Rosario y cada Eucaristía durante tu novenario han sido para implorar, principalmente, clemencia para ellos.
¡Paz, Madre Bendita!, ¡Paz, Virgen de la Victoria! Que impere por encima de todo y de todos. Los melillenses y quienes nos han visitado durante estos días, aquellos que se han acercado a verte, han podido, al mirarte a los ojos, sentir que todo no está perdido, que aún hay esperanza para este mundo.
Desde la Congregación intentamos poner “nuestro granito de arena”, y no importa que sea pequeño, porque Tú lo haces grande e importante.
“Con flores a María”, como aquella canción que aprendimos en nuestra infancia. Una muestra del Amor que por ti sentimos, y de la devoción que te profesamos.
Este año la climatología ha permitido que volvieses a recorrer las calles y plazas de esta ciudad, y que los melillenses te pudiésemos sentir cerca, muy cerca.
Tu presencia nos une, da igual la religión que profesemos porque Tú, obras el milagro de la unión.
Este Pueblo que un día, ya lejano en el tiempo, te eligió como Madre y Protectora, cada año renueva su promesa y ratifica tu patronazgo, como aquel 3 de febrero de 1756.
Desde la Congregación queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a quienes han logrado, con su presencia, que la novena luciera como Tu mereces.
En este año en el que somos, como dijo el Papa Francisco, Peregrinos de Esperanza, ayúdanos en nuestro caminar para que no dejemos de ser ejemplo de Fe y Caridad.
¡Virgen de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla, rogad por nosotros que, con humildad y devoción, recurrimos a Vos!
Real y Franciscana Congregación de Nuestra Señora de la Victoria
