En Melilla, la popularidad de los patinetes eléctricos genera preocupaciones por su implicación en accidentes de tráfico. La Policía ha requisado más de 150 por infracciones, evidenciando la necesidad de regulación y concienciación para garantizar la seguridad vial.
En Melilla, los patinetes eléctricos, cada vez más populares como alternativa de movilidad urbana, están generando preocupación debido a su creciente implicación en incidentes de tráfico. Según datos recientes, la Policía Local ha requisado más de 150 patinetes por infracciones como saltarse semáforos, circular por aceras o no respetar pasos de peatones, lo que refleja un uso indebido que pone en riesgo la seguridad vial. En 2019, se registraron 11 siniestros con estos vehículos, con 10 heridos leves, y las autoridades advierten que la cifra podría ser mayor debido a la falta de registros específicos en años anteriores.
El consejero de Seguridad Ciudadana, José Ronda, ha enfatizado que los patinetes eléctricos deben cumplir las mismas normas de circulación que otros vehículos, pero muchos usuarios, especialmente jóvenes, desconocen o ignoran estas reglas. La ausencia de una regulación clara en la ciudad, sumada a la falta de uso de cascos y a conductas temerarias, incrementa el riesgo de accidentes, tanto para los conductores como para peatones. Además, el almacenamiento de los patinetes confiscados se ha convertido en un desafío logístico para las autoridades.
A pesar de su contribución a la movilidad sostenible, los patinetes eléctricos demandan una normativa más estricta y campañas de concienciación para garantizar su uso seguro. La ciudad enfrenta el reto de integrar este medio de transporte sin comprometer la seguridad de sus habitantes.
