CCOO reclamaba mayores dosis de «democratización y transparencia» en los órganos municipales responsables de las negociaciones y el control de los acuerdos (CIVE) ya adquiridos. En opinión del secretario general den Melilla, Obdulio Valdés, ambos requisitos sólo podían lograrse con la participación en cada uno de ellos de todos los sindicatos legalmente constituidos en el Ayuntamiento, aspecto éste que no era aceptado por la organización mayoritaria, la UGT.
El alcalde, Ignacio Velázquez, seguía respaldando la decisión de Rafael Marín en torno al levantamiento del último pleno ordinario de la Corporación, aún después de que el informe jurídico solicitado estableciera la posibilidad de tramitar por vía de urgencia las mociones.