El Partido Nacionalista de Melilla (PNM) empezaba a plantear acciones de presión al margen de la caravana autonómica a celebrar en Madrid y anunciaba la convocatoria de una huelga general en Melilla para el 5 de diciembre de ese año, víspera del aniversario de la aprobación de la Constitución. Por su parte el alcalde de la ciudad, Ignacio Velázquez, manifestaba que ante la imposibilidad de desbloquear el proceso autonómico, puesto que el Gobierno central no consideraba oportuno abrir el debate, hacía un llamamiento a las formaciones políticas y sindicales de la ciudad para mantener una actuación conjunta y unitaria en la batalla autonómica.
Ramón Buxarrais, entonces obispo de Málaga y Melilla, se convertía en el vicario parroquial de Melilla.