La ciudad seguía inmersa en la celebración de la feria en honor de la Virgen de la Victoria. Uno de los eventos más importantes fue sin duda la misa rociera dedicada a la patrona, en la que actuaron el Coro Rociero, los Hermanos Gallo y Pepe Pozo. En este acto el oficiante, el padre Santiago se despidió de Melilla.
Concluída la remodelación llevada a cabo por la anterior corporación en la Plaza de España, el alcalde Velázquez encargaba la colocación de reproducciones de los cuatro escudos desaparecidos tras las obras, diseñados ahora por Elisa Arimany.
La Unión Deportiva Melilla volvía al terreno deportivo. El primer encuentro de la temporada, frente al Granada, quedó en un mero empate.