Las tres formaciones políticas que concurrían a las elecciones generales por Melilla en ese mes de marzo ponían el punto y final a la campaña electoral con fiestas en las que lanzar los últimos mensajes electorales. La coalición PP-UPM organizaba una fiesta en el pub Lancelot, el BLM en el V Pino y, por último, el PSOE en la Casa del Mar.
El censo electoral melillense se elevaba de 46.660 electores a 48.985 en menos de cuatro años, por lo que fue necesario crear nuevas mesas electorales.
Desde la Delegación del Gobierno se aseguraba que la venta de borregos traídos desde la Península para la fiesta del sacrificio y ante la imposibilidad de adquirirlos en Marruecos como consecuencia de la fiebre Aftosa, se estaba desarrollando con normalidad.