“Conflicto armado y justicia penal internacional' ha sido el título de la ponencia que Blas Jesús Imbroda, decano del Colegio de Abogados de Melilla, desarrolló en la mañana de ayer en el marco de los XXIII Cursos Internacionales Ciudad de Melilla, que respaldan la Consejería de Cultura y la Universidad de Granada, UGR.
De hecho, la conferencia de Imbroda se centró en el tema de la Justicia Penal Internacional y su incidencia o su contribución a los conflictos internacionales en un doble sentido.
Por una parte, con el fin de luchar porque no quede ningún crimen ni criminal impune contra los delitos contra la humanidad como genocidios, crímenes de guerra. Es decir, que desaparezca el concepto de la impunidad en el ámbito de los conflictos internacionales, o de los conflictos armados.
En segundo lugar para que tenga un carácter preventivo, disuasorio y que se sepa y, en consecuencia, que no quede nadie impune en los crímenes contra la humanidad.
El letrado explicó como ha sido la Justicia Penal Internacional en sus tres fases. La primera que fue el juicio de Nuremberg y a partir de ahí fue importante la aplicación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, los principios que se denominan de Nuremberg, para la implantación de la Justicia Penal Internacional.
La segunda fase intermedia que fueron en el año 93 y 94 los “tribunales ad hoc” para los conflictos en los Balcanes y Ruanda y definitivamente la creación de forma definitiva y aplicación de la denominada Corte Penal Internacional del 17 de julio de 1998 con la firma del Tratado de Roma y su implantación, para ver cómo está trabajando a día de hoy.
