Cris Lozano, candidato del GIL en Melilla, se mostraba convencido sobre que su partido obtendría la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de mayo. Descartaba pactos electorales y aseguraba que el Grupo Independiente Liberal aplicaba criterios de gestión empresarial en la política. La formación nombraba a Emilia Martín como presidenta de las juventudes del GIL.
Mª Antonia Garbín formalizaba su dimisión como miembro del Consejo de Administración de Promesa, la sociedad pública, que debía resolver sobre las impugnaciones presentadas contra el proceso de selección de personal del Pacto Territorial por el Empleo. Garbín se adelantaba así a las eventualidades que pudieran producirse, entre ellas, el recurso a los tribunales contencioso-administrativos.