Abdelmalik Tahar había sido contratado por un destacado militante del PP para reunir el periodo mínimo de trabajo que le garantizara el subsidio de desempleo. Ese detalle merecía la condena de Enrique Palacios, presidente de la Ciudad, que denunciaba que se trataba de un episodio de recompra de la voluntad de Tahar, cuyo fin sería el cambio de las declaraciones judiciales que realizó a finales del 97 y en las que inculpaba a Ignacio Velázquez, ex presidente de la Ciudad, en un presunto delito de cohecho. Entre tanto Tahar pedía amparo a la Justicia por las presiones que decía recibir de Palacios y de CPM.
La organización Nuevo Futuro invertía en Melilla 30 millones de pesetas para la atención de niños desprotegidos. Se hablaba de firmar un posible convenio con la Ciudad Autónoma.