La U.D. Melilla tiró por la borda este domingo en Ibiza un buen partido que parecía tener controlado para poder ganarlo, pero su gran paso atrás en la segunda parte, con el marcador a favor, le terminó pasando factura ante un rival que remontó en la recta final por el resultado de 4-3. Los melillenses estuvieron cerca de dar la sorpresa, pero finalmente acabaron ‘muriendo en la orilla’ y ‘resucitar’ a un Ibiza que no ganaba desde hacía ocho jornadas consecutivas. Los azulinos dejaron escapar una gran oportunidad en Can Misses y cedieron una derrota dolorosa de cara a su futuro en la categoría. En este sentido, sus aspiraciones de mantenerse en la Primera Federación comienzan a desvanecerse, con una distancia con respecto a la zona de permanencia que se amplía ya a 11 puntos, cuando quedan tan solo siete jornadas para el final del campeonato. (Foto U.D. Melilla).
El conjunto que dirige Víctor Basadre sorprendió al Ibiza en la primera mitad con un buen planteamiento, pese a que los locales llevaban la iniciativa en el juego, pero el contragolpe de los visitantes hacía bastante daño, con ocasiones claras para los dos conjuntos.
Sin embargo, el primer aviso serio del partido lo dio el cuadro pitiuso, en el minuto 4, con un disparo cruzado de Javi Jiménz que Moi Rodríguez despejó, aunque el Melilla replicó ocho minutos después, tras un centro de Juanjo Mateo que Víctor Morillo remató a las manos del meta local.
Pasados los primeros quinces minutos, el Ibiza comenzó a llegar de forma clara a la meta defendida por Salcedo, ya que en el minuto 21, Obolski estrelló el balón en el larguero, tras un pase medido de Unai Medina.
El Melilla también perdonó una gran ocasión a renglón seguido, en el minuto 22, tras una falta botada por Víctor Morillo que Moi Rodríguez remató alto, sólo ante el meta balear.
Sin embargo, la U.D. Ibiza no desaprovechó su siguiente ocasión, ya que en el 26’, Javi Jiménez, desde la izquierda, centró para que Soko marcase a placer, después de que su compañero Álex Gallar fallase en el disparo.
Pero la alegría balear sólo duró un minuto, ya que en la siguiente acción, el Melilla empató el encuentro. Siddiki se plantó solo ante la meta rival, tras un pase en profundidad de Selasi, y fue derribado por el meta Sequeira. La máxima pena fue ejecutada por el propio Siddiki, que engañó al meta local de disparo raso por la derecha.
El partido seguía igual de abierto y los locales volvieron a la carga en el 36’, pero esta vez el meta Salcedo se lució en una gran intervención, despejando a córner, tras un disparo de Álex Gallar.
Por su parte, el Melilla no se conformó con el empate y buscó el segundo tanto de la mañana, que consiguió a dos minutos del descanso, con un pase en profundidad de Pablo Hernández sobre Siddiki, que volvió a batir al meta local de disparo raso y cruzado.
Con el resultado de 1-2, la Unión Deportiva se marchaba al descanso con determinación de cara a intentar ganar el partido.
Sin embargo, el Melilla fue otro en la segunda parte, ya que dio un paso atrás en su intento de defender su ajustada renta y lo terminó pagando cara ante un Ibiza que dominó de principio a fin. Además, la salida del terreno de juego de Pablo Hernández, también la acusó el conjunto unionista en el centro del campo.
El Ibiza incrementó su dominio en la segunda parte y el gol era cuestión de tiempo, como así sucedió en el 63’, con un pase de Soko sobre Obolskii, que batió a Salcedo de disparo cruzado.
Con el empate (2-2), el Ibiza se volcó mucho más sobre el área melillense y desperdició dos claras oportunidades en las botas de Suleiman, pero el cuero, por suerte, salió fuera.
Pero cuando peor lo estaba pasando el Melilla llegó el 2-3, en una gran jugada de Víctor Morillo, que centró medido para que José Enrique empujara el balón al fondo de las mallas en el 71’.
Todo se puso a favor del Melilla, pero el conjunto de Guillermo Fernández Romo aprovechó las facilidades y los errores de los visitantes en defensa para intentar la remontada, objetivo que finalmente consiguió, primero con una internada de Solimán, en el 82’ que centró para que Álex Gallardo marcase a placer, y en el 85’, en otra jugada individual de Souleiman que terminó con un remate de Arrollo con el pecho.
El Melilla, tras el 4-3, quedó totalmente noqueado y sin capacidad ya de reacción, sobre todo porque en ataque se mostraba inofensivo y máxime aún porque Víctor Morillo, su mejor futbolista con mayor calidad e imaginación de cara a portería, había sido sustituido en el minuto 75.
