La familia que ocupaba una vivienda de Emvismesa en la calle Ingeniero Luis García-Alix Fernández, en las Palmeras, fue ayer desalojada. Yonaida Abdeselam y Brahim Benjelloun entregaron las llaves sin oponer resistencia y trasladaron sus cosas al garaje cedido por una vecina en los bajos de la urbanización. Los niños durmieron en casas de los vecinos. Bienestar Social no se presentó en el lugar, pero Yonaida aseguró que "si intentan sacarme del garaje o quitarme a mis hijos, hago una locura". El propietario de la cafetería Medina, del barrio del Real, está dispuesto a darles trabajo. Tras llevar a los niños al colegio, se dispusieron a bajar todas sus pertenencias a la plaza de garaje que una vecina ha dejado al matrimonio que vivía en una casa vacía de Emvismesa desde el pasado mes de septiembre. A la 1 de la tarde, hora prevista para el desalojo, todo estaba fuera de la casa. Hasta el lugar se trasladó una comisión judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 y efectivos de la policía. Comprobaron que la casa estaba vacía y cambiaron la cerradura de la puerta. Yonaida Abdeselam y Brahim Benjelloun no opusieron resistencia alguna. Los vecinos estuvieron acompañando a la pareja, considerando que no había "derecho" a que esta familia se quedara en la calle. Cabe recordar que ocupaban una vivienda vacía de Emvismesa. Yonaida Abdeselam aseguró que lo habían hecho porque llevaban diez años esperando una vivienda social, respondiendo, así, a las declaraciones del presidente de la empresa pública sobre las necesidades de otras familias que esperan, considerando que ellos ya han esperado bastante y que con 266 euros para los seis miembros de la familia, pocas personas pueden estar en peores condiciones.
Los trabajadores sociales "no han aparecido por aquí", aseguró Abdeselam, sino que fue ella quien se acercó a la oficina de Bienestar Social del barrio, para volver a pedir ayuda para sus hijos, desde donde insistieron que se comprometían a pagar el alquiler de una casa que encontraran, pero Abdeselam aseguró que nadie les hace un contrato mirando los ingresos familiares. "Me han amenazado con mis hijos, y, claro que pienso en mis hijos, pero que no me los toquen, se van a quedar aquí, conmigo, y espero que no intenten sacarme del garaje o quitarme a los niños, porque podría hacer una locura", advirtió la mujer.
El viceconsejero de Bienestar Social, Hassan Driss, no quiso entrar en detalles de esta familia, salvo que se trata de una orden judicial ante la que poco pueden hacer, salvo pagar el primer mes de alquiler de una casa que encuentren. Preguntado sobre qué ocurrirá con los menores, teniendo en cuenta que van a tener que dormir en una plaza de garaje, "si no es el lugar adecuado, ya veremos lo que puede pasar, si no es el lugar acorde, tendremos que proteger a esos niños".
Por lo pronto, ayer los menores durmieron en la casa de una vecina, pero "yo a mis hijos no los voy a dar", advirtió Yonaida Abdeselam. Ella y su marido no pudieron evitar las lágrimas cuando se vieron rodeados de todas sus pertenencias en la calle. Su suerte podría cambiar si se lleva a efecto el compromiso que ha efectuado un empresario melillense, el propietario de la cafetería Medina del barrio del Real, que está dispuesto a dar trabajo a los padres o al hermano de Yonaida. "Ojalá nos den trabajo", deseó la mujer.
