Hace unos días, entrando en Nueva Californiaadesayunar, y en elmomento de levantar la cabeza una vez encontrada una mesa vacía, me encuentro con que a mi derecha estaba nuestro Presidente de la Ciudad Sr. Imbroda y compañía.
En principio, ese sexto sentido que todos tenemos, me da una señal de diferente memoria; al sentarme, una vez ocupada la mesa libre, miro con esa mirada de político pensante y depasada me doy cuenta de que ¡puñetas! Juanjo está más joven, como si no le hubieran pasado diez años por encima. Pienso, analizo y de entrada me salta a la mente que… O se ha hecho un lifting japonés o le han cortado el pelo a mi estilo; me digo, será copión, que ha descubierto mi forma de quitarme años sin hacer de metrosexual. Pero la realidad es que, nos demuestra inteligentemente que todavía tiene él mucha marcha, además de su exornado acierto en garbo y habla presidencial; y no todo el político actual tiene ese garbo que, como mi amigo Jesús, lo tiene al estilo de Putin, siendo este (el garbo) mi envidia personal por plebeyez. Que ya quisiera yo tener aquel propio de mis treinta abriles…
Pero centrémonos en el asunto de la juventud del Presidente, éste nos está, una vez más, demostrando que él, usted u otro con su misma salud, puede seguir siendo un presidente o padre de familia con mando en plaza. Otra cosa es que las votantes lo quieran másguapo y sin curva de felicidad alguna o mejor dicho, joven. Cosa que a mípersonalmente me ofende, ya que cuando un hombre, por solo cortarse el pelo, se le quitan diez años de encima ¡Entonces! Sólo entonces tenemos que considerar que unido a ésta juventud se le une la experiencia (de la cual dicen es un grado) formando en conjunto jewel de muchos quilates, y esto tienen que aprovecharlo, y bien.
Otra cuestión es que se debiera, para la próxima legislatura, hacer una lista abierta por lo menos. Con ello se conseguiría una compañía acorde a los nuevos aires político-sociales, donde la militancia pudiera inclinarse por aquellos más considerados por su trayectoria actual. Y por supuesto con lista suficientemente amplia para poder comparar y decidir; por ejemplo: el doble del número de puestos a cubrir. Se entiende del hacer, en una asamblea abierta y de afiliados, recayendo en éstos últimos la mayor responsabilidad por el aval dado, sea a la derecha o al centro como ideal y moral.
