Las próximas elecciones, a nivel nacional, nos dan la oportunidad de deshacernos del peor gobierno que ha sufrido España en los últimos 40 años. Después del gobierno del meme Zapatero, ridículo mundial (imborrable en mi memoria la foto de la visita familiar a la Casa Blanca) pensé que era imposible tener algo peor, en política interna, exterior, económica, de defensa, pongan el área que quieran. El tiempo se ha encargado de sacarme de mi error. Por suerte, su gobierno era tan ineficiente que fue incapaz, incluso, de hacer tanto daño como hubiera podido o querido.
El gobierno sanchista, con sus repugnantes alianzas, es lamentablemente mucho más eficiente, aunque sea tan solo para destruir y separar, para hacer a España un daño difícilmente reparable. El, y todos los que le apoyan, pasarán a la historia, como a él le gusta decir, pero no precisamente por las causas que dice, sino por la maldad intrínseca en sus actos, por la bajeza ética de entregar el gobierno a separatistas y defensores del terrorismo, por la permanente utilización de la mentira como arma política, por la sumisión casi enfermiza de sus seguidores.
Y en Melilla, donde estoy pidiendo el voto ¿qué nos encontramos?
Un nuevo partido cuya lista está encabezada por un expresidente del colegio de médicos, que está siendo investigado por la justicia por utilizar los fondos del colegio como su banco personal ¿cuál es su intención al crear ese partido?
Otro nuevo partido, los Verdes, cuyo nombre supone una referencia a los partidos ecologistas existentes en Europa, pero en el que todos los miembros de su lista electoral son ¿casualmente? musulmanes.
Vox, con las mismas caras de siempre y la esperanza de hacerse necesario para hacer una posible coalición, con quien lo necesite.
El PP, con prácticamente las mismas caras de siempre, dejando fuera a personas del partido de mucha valía, pero que no son amiguitos y subordinados del presidente del partido.
El PSOE sanchista de Melilla, del que no quiero perder más tiempo en comentar.
La CPM, brazo político de Aberchan, en cuya lista da igual quien figure, ya que está meridianamente claro que el único que ordena y manda, en el grupo de presión, es el para sus seguidores, claro está, líder carismático.
Vótenme, yo les prometo…
Que solo haré las promesas que crea firmemente que puedo cumplir. Si algo no se puede hacer, explicaré detalladamente por qué no y qué solución alternativa propongo.
Que saldré del gobierno con el mismo dinero con el que entré. Para ello pediré una auditoría al comenzar mi mandato político y otra al abandonarlo. Y las que sean precisas durante el mismo.
Que no tengo otros intereses que los del pueblo de Melilla y conmino a quien crea lo contrario, a que lo denuncia política o judicialmente, en su caso.
Que, si en el transcurso de mi mandato, por cualquier circunstancia observo, o me hacen observar, que no estoy contribuyendo eficazmente a la mejora de las diversas áreas de la ciudad, abandonaré el puesto inmediatamente.
Que los miembros de mi equipo de gobierno deberán seguir el mismo código ético y profesional que yo mismo me marco. Para ello, trataré de captar a los mejores profesionales de que sea capaz, en cada una de las áreas, con independencia de sus ideas políticas, siempre que se comprometan a trabajar en equipo en la defensa de los intereses de los melillenses.
Que mi equipo continuamente consultará con los diversos sectores de la población, mediante sus representantes formales o informales, para obtener sus ideas y su retroalimentación, guiando así la tarea del gobierno.
Que los planes que se hagan serán para ser cumplidos, a ser posible, durante la duración del mandato otorgado por los melillenses. Cuando no lo sea, deberán estar encaminados en todos los aspectos hacia su satisfactoria conclusión.
Que mantendremos la vigencia de las ideas y planes existentes cuando ello sea aconsejable, sin importar el partido político o la coalición que los hubiera propuesto. Mi equipo no debe considerarse el único que tiene ideas aprovechables.
Que no mentiremos al pueblo de Melilla. Trataremos de actuar siempre con total transparencia. Nuestros libros y propuestas estarán abiertos para quien los quiera consultar.
Que trataremos el dinero de los presupuestos de la ciudad con mayor esmero que el que le dedicaríamos a los propios. Sabemos que el dinero es de los melillenses, a los que nos debemos. Por ello, no propondremos planes sin antes haber estudiado el retorno esperado, en bienestar ciudadano, de la inversión a realizar. Priorizaremos los que produzcan mayor beneficio a la ciudadanía.
Que buscaremos una Melilla sustentable económicamente. Sabemos que a corto o medio plazo es imposible, pero nuestras acciones deberán ir encaminadas en esa dirección.
Que buscaremos soluciones integradoras para el futuro multiétnico de la ciudad, a través del dialogo y de la educación. Una ciudad dividida por etnias es garantía de desastre a corto plazo. Por el contrario, todos juntos podemos hacer de Melilla un ejemplo.
Que defenderemos a ultranza la españolidad de la ciudad, en cuantas instancias sea preciso.
Concluyo el llamado a que me voten con una nota, que seguro proporciona tranquilidad a los partidos que se presentan a las elecciones. Yo no me presento, pero invito a los partidos a que copien mis promesas. Los melillenses lo agradecerán.
Por cierto, ya que no lo hago en estas ¿lo haré en las próximas elecciones? Espero, de acuerdo con una de mis promesas, la retroalimentación del pueblo melillense.
