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Vivir en una casa de muñecas (Live in a Dollhouse)

Live in a Dollhouse

CRÍTICA DE CINE Y TELEVISIÓN

Por: Diego Portillo

Nos encontramos ante una serie que, ciertamente, no tiene un título que atraiga excesivamente a su público potencial (jóvenes a los que les gusta la acción, el suspense y la ciencia-ficción con un trasfondo crítico que invita a reflexionar): «Dollhouse», cuya traducción al español sería algo así como «Casa de muñecas».
Sin embargo, si aguantamos los primeros capítulos, que son un poco más tediosos (aunque a mí me fascinaron) para quién no sea muy aficionado al género de la ciencia-ficción puesto que se tiene que presentar a los personajes y el mundo ligeramente futurista en que se desarrolla la acción, así como las principales líneas de la trama de suspense que guiará toda la serie; nos encontramos ante una serie original, entretenida, variada y con una fuerte carga crítica.
La historia comienza en un futuro cercano en que una gran corporación ha creado a los «Activos» o «Muñecos», personas que son despojadas de sus recuerdos e identidades y a las que les implantan los recuerdos y habilidades que requieran para la misión para la que han sido contratados. Estas misiones pueden ir desde rememorar una primera cita hasta robar un banco, pasando por seguimientos, fantasías sexuales o negociaciones. De este modo, en un capítulo tienen habilidades para el kárate y la lucha y en el siguiente son una inocente colegiala que no sabe defenderse, lo cual aporta gran variedad al desarrollo de la serie (pese a que siempre hay una línea de desarrollo que se mantiene durante toda la serie) así como la oportunidad de ver diferentes registros y matices para los actores y actrices que interpretan a los “Activos”. Legalmente estas instalaciones no existen, puesto que está prohibida la tecnología necesaria para implantar recuerdos a los «Activos», pero en la práctica hay gran cantidad de senadores, políticos y miembros importantes de la sociedad que contratan sus servicios y que protegen a dicha corporación.
Joss Whedon (creador de «Firefly» y su continuación en cine «Serenity», de la serie «Buffy Cazavampiros», y responsable del blockbuster de Marvel «Los Vengadores» y su secuela) crea una serie que engancha con unas tramas muy bien llevadas, unos efectos especiales y una acción más que solvente para el presupuesto que maneja y con unos personajes muy bien definidos. Destacan especialmente Eliza Dushku (habitual en las producciones de Whedon) como la inocente Echo, un «Activo» que poco a poco va descubriendo que hay cosas un poco extrañas y que no terminan de encajar en el mundo idílico en que vive en la «Casa de Muñecas» (nombre que recibe el lugar donde duermen los «Activos»), puesto que empieza a recordar fragmentos que no debería de sus anteriores misiones; Olivia Williams como la implacable directora del complejo Dollhouse que dirige a los encargados de los «Activos» con mano de hierro; y Harry Lennix como el «manejador» de Echo, el cual poco a poco va estableciendo un fuerte vínculo con Echo más allá de lo meramente profesional. También hay apariciones especiales de actores habituales en las producciones de Whedon como Summer Glau («Firefly», «Serenity», «Terminator. Las crónicas de Sarah Connor») o Alan Tudyk («Firefly», «Serenity», «Yo, robot») que sorprenderán a los seguidores acérrimos del director y guionista.
Tras borrarles los recuerdos de su última misión (o al implantárselos) los «Activos” siempre despiertan diciendo la frase «Do I fall asleep?» (algo así como «¿Me quedé dormido?») a la cual les contestan «For a little while» («Sólo un momento»). Estas dos frases se te acabarán quedando en la memoria (sobre todo si ves la serie en Versión Original, lo cual recomiendo encarecidamente) y las recordarás con nostalgia tiempo después de acabar las dos magníficas temporadas (un total de 26 capítulos) que componen esta serie.
Otra gran ventaja es que la serie tiene un final cerrado, no la terminaron de repente porque decidieran no renovarla y se quedó con tramas abiertas sin resolver. Los capítulos del final de la primera temporada y del final de la serie (final de la segunda temporada) van casi continuados entre sí (ya veréis porqué) y demuestran cómo un buen guión y una buena planificación de la estructura de una serie pueden hacer maravillas con el nivel de un final y con la calidad global de una serie.
Por tanto, estamos ante una serie no muy conocida (por desgracia) que recomiendo enormemente para todos aquellos aficionados a la ciencia-ficción, seguidores de Joss Whedon que se les haya escapado esta obra maestra o, simplemente, para los aficionados a las buenas series.

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Redacción

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