“Necesitamos con urgencia un replanteamiento legal que incorpore de una vez por todas las peculiaridades de Melilla, Ceuta, las islas y peñones”. Éste fue el llamamiento que ayer, de manera clara y rotunda, lanzó el coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, para que sus agentes, encargados de la custodia de las fronteras exteriores de la Unión Europea, puedan actuar de forma eficaz contra la inmigración clandestina, el “cometido estrella” del Cuerpo que dirige en nuestra ciudad. Su mensaje, lanzado ante las principales autoridades de Melilla durante la celebración de la patrona de la Guardia Civil, se produjo ayer una semana después de que el coronel acudiera a declarar por las devoluciones en caliente ante el juez Emilio Lamo de Espinosa, que precisamente estaba en primera fila entre el público en su papel de juez decano. Sobre la inmigración irregular giró buena parte del discurso del coronel, que reflejó en sus palabras el difícil momento por el que pasa la Guardia Civil desde hace meses al ser “cuestionada” en su actuación en la frontera. Es “el contrapunto” de ser la institución más valorada por los españoles, algo que “nos llena de satisfacción y nos obliga a redoblar esfuerzos”.
Martín Villaseñor no fue más concreto en cuanto al “replanteamiento legal” que solicitaba, aunque sin llegar a especificarlo todos los presentes entendieron que se estaba refiriendo a la modificación de la Ley de Extranjería, una petición que ya hizo algunos meses el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, cuando apuntó que esa norma se adaptaba a la lucha contra la inmigración en los aeropuertos, pero no para la casuística a la que debe enfrentarse la Guardia Civil ante intentos de entrada a España por Melilla y las islas y peñones.
“No es grato que en nuestra casa común, donde a buenas cabe todo el mundo, se entre de cualquier manera, faltando al orden, al respeto y a la consideración de vidas”, dijo el coronel jefe en alusión a los saltos a la valla. “Es una cuestión de educación y de seguridad de los nuestros, esto en principio debería ser fácil de entender”, insistió Martín Villaseñor, que defendió la labor humanitaria de la Guardia Civil en la valla.
Por ejemplo, explicó a todo el mundo el caso de uno de los agentes condecorados, José Carlos Gómez, que frenó con sus manos la aparatosa hemorragia que estaba sufriendo un inmigrante que intentaba entrar a Melilla saltando la valla. “Este hombre bueno no dudó cuál era su primera obligación, su deber era socorrer a un inmigrante herido que se desangraba”, rememoró el coronel.
Esta actuación, por la que el agente fue condecorado ayer, es una de tantas por la que, según dijo Villaseñor, los guardias civiles están orgullosos de pertenecer a este cuerpo, que este año cumple su 170 aniversario. Una efemérides en la que se mantienen intactos los valores con los que fue fundada la Guardia Civil por el Duque de Ahumada, la disciplina y la fidelidad al juramento, dos elementos que sirven como referencia a los miembros de la Benemérita “para salir a la superficie” en momentos complejos como los que atraviesa actualmente.
Martín Villaseñor no ocultó las horas bajas por las que pasa el Cuerpo. Así lo expresó desde el primer momento en su discurso, en el que agradeció “doblemente” la presencia de todo el mundo “en estos días que precisamente estamos algo necesitados de su afecto”, después de “un intenso año” marcado, sobre todo, por la presión migratoria.
Sin embargo, también dejó claro que “en las situaciones más complejas surge la chispa, surge el milagro”, y así fue como contrapuso la actuación solidaria del agente condecorado ayer con la de otros que “actúan preocupados de cuestiones menores, estériles y a veces artificiales”. El jefe de la Comandancia lanzó varios mensajes a ese colectivo crítico en el Cuerpo, dejando claro que “si alguien se equivocó no fue esta bendita institución que nos acogió a todos por igual”. “Con la misma voluntariedad que un día decidimos vestirnos de charol, siendo consecuentes podríamos voluntariamente dejar de serlo”, agregó para dar a entender que quien no esté de acuerdo con la naturaleza de la Benemérita, siempre puede dejar de formar parte de ella.
Un cuerpo, la Guardia Civil, que “nació en 1844 y es la única que ha sobrevivido a la parte de la historia más convulsa de España”, haciendo frente a todos sus cometidos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, gracias al servicio de miles de hombres y mujeres “procedentes de las mejores familias de España”.
Menores
Ése es, según dijo Martín Villaseñor, “el secreto” de la Guardia Civil en su día a día, en el que también deben actuar en otros ámbitos además de la valla fronteriza. Uno de los que más destacó fue el problema de los menores extranjeros no acompañados que tratan de ocultarse en los barcos para llegar a Europa como polizones. El coronel subrayó que el Cuerpo que dirige trata de “poner orden” en una cuestión donde otras partes también ponen mucho esfuerzo.
Sin embargo, “analizando algunos datos nos da la sensación de que falta algo”, ya que solo en lo que va de año han sido interceptados en el recinto del Puerto 2.537 magrebíes, la mayoría menores de edad, 1.932 concretamente, casi todos marroquíes y alguno argelino. El coronel subrayó la necesidad de que se mueva ficha “antes de llegar a una indeseada situación límite”, habida cuenta que estos chicos “ponen en grave riesgo su vida” para llegar al barco clandestinamente.
Por eso, pidió “echar toda la carne en el asador” incorporando “como pieza fundamental para alcanzar un fin real y deseable” la participación de alguna institución de Marruecos “con capacidad para intervenir en Melilla de manera coordinada e intentar terminar de una vez por todas con este asunto”. Ello, bajo la supervisión de la Fiscalía de Menores, agregó el coronel.
Yihadismo, frontera y drogas
Respecto a los “extremismos”, aludiendo al problema del yihadismo, Martín Villaseñor se mostró convencido de que “se acabarán yendo a otros lugares” porque en Melilla “somos ejemplo” de la convivencia intercultural. “Melilla es referente mundial de convivencia en paz, mucho ayudaría que los melillenses nos creyéramos nuestro propio discurso y fuéramos protagonistas de lo que pregonamos”, insistió el coronel, que también mencionó la reivindicada fluidez en la frontera.
Sobre esta cuestión, recordó el esfuerzo que se ha llevado a cabo en infraestructuras y dejó claro que también es su voluntad que la frontera gane en agilidad, pero pidió que no sea a costa de la necesaria seguridad.
También se refirió a la lucha contra el narcotráfico, que ha permitido a la Guardia Civil intervenir 3.500 kilos en lo que va de año, con 112 detenidos.
Agradecimientos
En el capítulo de agradecimientos, el coronel hizo una mención expresa a las fuerzas auxiliares marroquíes, uno de cuyos miembros, Nabil Farah, murió repeliendo un salto a la valla en mayo. Martín Villaseñor también dio las gracias al presidente de la Ciudad Autónoma por su respaldo público, al ministro del Interior y al secretario de Estado de Seguridad por su apoyo “sin fisuras” mandando refuerzos a Melilla. Pero sobre todo, dio las gracias a las familias de los guardias civiles y a todos los que han mostrado su cercanía al Cuerpo a través de las redes sociales, e-mails y cartas a lo largo de los últimos días.