La Semana. MH, 12/08/2024
Por: J.B.
Hace poco más de un año, concretamente en julio de 2023, Salvador Illa rechazaba de forma tajante el referéndum y la amnistía que reclamaba Junts y declaraba: “están fuera del marco legal español y supone dividir a los catalanes”. El jueves pasado, a las 10 de la mañana, se iniciaba el pleno en el Parlamento de Cataluña en el que Illa acabó investido presidente de la Generalidad de Cataluña. En su discurso pidió, con su habitual tono insulso, la “aplicación ágil y sin subterfugios de la ley de amnistía”. También habló, el que fuera intrascendente ministro de Sanidad del PSOE (con el apoyo, no hay que olvidarlo, de los socios de su señor: pro-etarras, comunistas y nacionalistas) desde enero de 2020 a enero de 2021, del “inicio de una nueva época”.
Creo que ni Illa se cree eso de que se “inicia una nueva era”. Él es un nacionalista con carnet del PSOE que soporta a Pinocho porque le ayuda en sus aspiraciones
Lo que antes estaba, para Illa (PSOE), fuera de la ley (o fuera del marco legal) ahora ya, porque le hacía falta a su amo y señor (Pinocho) para mantenerse en la poltrona, es ahora legal, se debe agilizar y se deben evitar “subterfugios”. Hay un famoso refrán aplicable a este caso: “Cree el ladrón que todos son de su condición”. Como Pinocho Sánchez y sus ministrillos están tan acostumbrados a los subterfugios, no entienden que algo que pensaban tenían muy bien atado (el que todos los nacionalistas quedasen libres de todos los delitos cometidos durante el proceso secesionista catalán, conocido como “el procés”), no salga como esperaban.
Creo que ni Illa se cree eso de que se “inicia una nueva era”. Él es un nacionalista con carnet del PSOE que soporta a Pinocho porque le ayuda en sus aspiraciones y que seguirá acorralando el idioma español, seguirá apoyando el que los catalanes tengan más derechos y menos obligaciones (allí sólo se cumple la ley si les gusta a sus políticos, en caso contrario es una ley mal aplicada por algunos jueces fascistas…) y apoyará (por acción u omisión) el nuevo procés que ha resucitado Pinocho Sánchez para poder seguir chupando del bote él, sus familiares y amiguetes. Un ejemplo de lo que digo: El famoso mayor Trapero, que se puso de perfil con la aplicación del 155 en Cataluña y fue cesado, va a ser nombrado de nuevo, en cuanto Illa coja el poder, mayor (o jefe) de los mossos.
El interés en la investidura era mínimo y el verdadero interés se centraba en lo que fuese a hacer Houdini (mago escapista que asombró al mundo) Puigdemont y en si era detenido o no
A la gran mayoría de españoles les daba igual que fuera Illa u otro nacionalista de Junts o Ezquerra quien fuese investido porque todo va a seguir allí igual mientras Pinocho siga en la Moncloa. El interés en la investidura era mínimo y el verdadero interés se centraba en lo que fuese a hacer Houdini (mago escapista que asombró al mundo) Puigdemont y en si era detenido o no.
Puigdemont es Pinocho II
Salvo los sordo-mudos (los que siguen a su amado líder haga lo que haga), prácticamente nadie puede pensar que el vodevil del discurso y fuga de Pinocho II (parece ser que había anunciado que se entregaría), también conocido como Carlos Puigdemont, no fuese consentido por el gobierno central (con la muy probable participación del ministro del Interior, del loro portavoz del gobierno y del propio Pinocho) y alentado (con un dispositivo de pandereta, en el que no había, por ejemplo, drones ni helicópteros) por los jefes políticos de la Generalidad y los mandos policiales de los pobres mossos (víctimas de las decisiones de otros).
Las “explicaciones” que dieron, al día siguiente, el Consejero saliente de Seguridad, el Director de los mossos y los mandos policiales (que antes de todo, erigiéndose ellos en jueces, dudaban de la legalidad del auto del juez Llarena que insta a la detención de Pinocho II) no aclararon nada, dejaron la sensación de que había “gato encerrado”, de que toda la operación era un paripé para hacer como que hacían y de que la idea fue siempre dejar que Pinocho II se largase de nuevo dejando en ridículo a España ante el mundo.
Puigdemont debe ser bautizado como Pinocho II porque ya mintió a sus compañeros para huir fuera de España y no ingresar en prisión y ahora a los catalanes que le siguen (muchos menos de los que dicen) cuando dijo que iría al pleno de investidura (en un video se oye como alguien anuncia que el “President” va a air andando al Parlamento de Cataluña, mientras huye como un conejo) y no lo hizo.
La semana pasada, después del orgullo de ver las actuaciones de los españoles en los Juegos Olímpicos, sentí vergüenza de ser español y de tener un gobierno (a nadie sorprende que estén todos mudos con la fuga de su “amigo”) ridículo y arrodillado ante tipejos como Puigdemont
Parece ser que el ejemplo de Pinocho (sus mentiras/cambios de opinión no le dan malos resultados personales, pero hunden en el fango cada vez más a España) va cundiendo y le salen imitadores como Pinocho II.
La semana pasada, después del orgullo de ver las actuaciones de los españoles en los Juegos Olímpicos, sentí vergüenza de ser español y de tener un gobierno (a nadie sorprende que estén todos mudos con la fuga de su “amigo”) ridículo y arrodillado ante tipejos como Puigdemont.