Rajoy, vicepresidenta y su equipo se resisten a dar explicaciones ¿Para qué? ¿Qué las exige el pueblo mediante la oposición? El hecho sin precedentes de que España lleve casi tres meses con un Gobierno en funciones no debe implicar el menoscabo de unos de los principios más genuinos de la democracia: el control del Ejecutivo por el poder Legislativo. La negativa de Mariano Rajoy a comparecer en el Congreso amparándose en que la Ley dice: que un Gobierno en funciones debe limitarse al «despacho ordinario de los asuntos públicos» es una estrategia filibusterista que entraña un desprecio a los representantes elegidos por los ciudadanos.
Acogerse a una interpretación restrictiva de la norma para eludir el control durante esta prolongada interinidad dice mucho del talante del PP, muy parecido al de Rajoy cuando declina pedir a la Cámara su investidura y espera que otros grupos se la acaben facilitando por sentido de la responsabilidad. El rechazo a explicar los polémicos acuerdos del Consejo Europeo sobre el trato (innoble) a los refugiados ha sido reconducido con la aceptación de Rajoy de defender, hoy en Bruselas, el acuerdo unánime de los grupos contra esas medidas. Pero Moncloa mantiene la resistencia a dar explicaciones, y el presidente de la Cámara no descarta instar un conflicto ante el Constitucional. Sería toda una paradoja que Rajoy acabase ante una instancia a la que tan a menudo ha acudido a buscar cobijo político.
Hablando de la Cámara Baja o del Congreso… todavía de Diputados y espero que no cambie, porque no tiene por qué cambiar, menuda tontería, además de pérdida de tiempo y dinero eso de llamarlo solamente en caso de aprobarse «Congreso» y solamente así. Podría entender el motivo y quizás la finalidad, pero no. Tengo nietos y nietas y cuando me refiero a ellos siempre digo NIETOS incluidas también las nietas, por supuesto (bueno solo tengo una, pero es igual). Estoy cansado ya de leer mil veces eso de trabajadores y trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas, diputados y diputadas. También cuando escribía desde la mili o desde mi destino manresano, siempre decía: Queridos padres (no querido padre y querida madre, y «tampoco tenía dos padres», así de simple y sencillo y se entendía perfectamente que me refería a los dos, mira que nos gusta enredar y perder el tiempo en «chorradas y bagatelas» en lugar de aprovecharlo en asuntos de mucho más calado y de interés común.
<< ¿Y de los leones qué? Por cierto, «que uno de ellos le dijo al otro»…¡Oye! Ando muy preocupado, ¿Qué te pasa, le pregunta el de su derecha? … «que posiblemente a uno de nosotros nos cambien el sexo y nos conviertan en leona por eso de la paridad o el machismo. No me gustaría que nadie me tocase mis cojones y pasar a llamarnos » el león y la leona del Congreso, o al revés»>>.
No se si es que se piensan que el pueblo en general «es tonto» y ellos demasiado listos, o también, que ellos mismos «se hacen los tontos»… «no se nada, no me he enterado de que hubiese tanta corrupción en Valencia», por mencionar la que tengo más cerca o donde habito. «Nadie se enteraba de nada», ya lo decía ayer, o como dice un buen amigo mío «es que estos que mandan están «agilipollaos» Lo más curioso, es que Rajoy dice que «no sabía que había tanta en Valencia» con lo que da por entendible «que de alguna sí que se había enterado», esto vale también para Madrid, Andalucía, Galicia, Murcia, Castilla -León, Cataluña, Melilla o en cualquier sitio donde se produzcan.
Ellos pueden hacerse «el tonto», pero el pueblo YA NO SE CHUPA EL DEDO. Bueno, también hay que decirlo… «algunos somos masoquistas» y a pesar de la corrupción imperante volvemos a votarles una y otra vez. Como dijo ayer un comunicador brasileño refiriéndose a lo que ocurre en su país: «Un ciudadano del pueblo roba y lo encarcelan, pero si lo hace un político, a este lo hacen ministro».
