Uno de los mayores exponentes de la cultura de Melilla, Armando Pelayo, nos dice adiós a los 76 años de edad

Armando Pelayo

Esta semana ha sido muy triste porque si el martes anunciábamos el fallecimiento a los 59 años de edad del mejor deportista que ha dado la Vela en nuestra ciudad, José Luis Pérez, conocido cariñosamente como “Morito”; hoy damos cuenta de la muerte de uno de los mayores exponentes de la cultura de Melilla, Armando Pelayo, que nos dijo adiós el miércoles a los 76 años de edad,

Tras un largo periplo fuera de la ciudad, mucha parte de ella de mano de la también recordada Sara Montiel, el pianista también logró el reconocimiento en la ciudad que le vio nacer al ser elegido en el año 2012 “Melillense del Año” parte de la Ciudad Autónoma (en la imagen el momento en el que recibió la distinción por parte del presidente Juan José Imbroda)

La historia personal de Armando Pelayo es prolífica. Nació en Melilla el 10 de marzo de 1948 y a los nueve años comenzó a estudiar Piano, una carrera que terminó con apenas 16 años con sobresaliente y matrícula de honor. Se fue entonces a Madrid, una aventura que fue al principio desilusionante para el músico, dado que «echaba de menos a toda la gente» que le acompañaba en la ciudad.

Fueron sus Navidades «más tristes», a pesar de estar acompañado de su familia en la capital de España. Armando Pelayo quería volverse a Melilla, pero le aconsejaron que, al menos, se quedara un año en Madrid. Y comenzó a trabajar en orquestas hasta que le llegó la oportunidad de formar parte de ‘Los Archiduques’, cuyo vocalista era Tino Casal. Con este grupo llegó a grabar un disco.

La compañía discográfica se vio entonces en la obligación de hacer un dossier de prensa del grupo, con la biografía de cada uno de sus componentes, y le pidieron a Pelayo que dijese que era de Málaga porque, por aquel entonces, «Melilla era la gran desconocida y odiada porque los jóvenes venían a hacer el servicio militar obligatorio durante un año y medio».

Pero Armando Pelayo no quiso decir que era de Málaga, sino que era melillense. Con este grupo llegó hasta América, y con 21 años se trasladó a vivir al 240 de Central Park, en Nueva York. «En Nueva York conocí a muchísima gente de la moda, de la música, de la pintura… Pero quería oír gospel y me dijeron que era muy peligroso por el racismo», comentó el músico, que se llegó a preguntar cómo en una ciudad «tan maravillosa» como Nueva York se daba este problema cuando en Melilla, con poco más de 12 kilómetros cuadrados, «se vivía en convivencia» y las distintas culturas «se querían». «Vivíamos todos muy felices».

El músico melillense volvió a España, donde empezó a trabajar con grandes artistas como Ángela Carrasco, Raphael o Sara Montiel. Hizo a la televisiva ‘Doña Adelaida’, que entonces presentaba una telenovela, viajar a Melilla para hacer desde esta ciudad su programa. Y es que «de Melilla sólo salía en televisión la frontera».

Regresó a Melilla con 54 años para comprarse un coche. Y aquí se enamoró. Se alquiló un piso y, tras estudiar y aprobar unas oposiciones, comenzó a trabajar en el Conservatorio y, posteriormente, en el IES Miguel Fernández.

Este miércoles 11 de diciembre de 2024 fallecía en Málaga tras no poder superar una cruel enfermedad. Nos dice adiós a los 76 años de edad, pero su legado y su labor en pro de la cultura de la ciudad, quedará para siempre.

 

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