Uno de los dos empresarios que trajo corderos de la Península apuntó que si han faltado borregos ha sido por quienes iniciaron la campaña de boicot a los corderos traídos desde la Península, conocidos como "manolos", dado que "daban falsas esperanzas" de que abrirían la frontera antes del Aid El Kebir. Uno de los empresarios que ha traído los borregos desde la Península, afirmó ayer a través de las redes sociales que "sin duda alguna", la responsabilidad de que unas 200 familias no pudieran adquirir el sábado un cordero para el Aid El Kebir, es de quienes impulsaron la campaña de boicot contra los borregos traídos de la Península.
El empresario señala que por parte de "los promotores del boicot, daban falsas esperanzas de que iban a abrir la frontera haciendo todo lo posible para desacreditar al cordero peninsular".
Asimismo, explica que por su parte, al inicio pensaban que "había algo de posibilidad en la apertura de la frontera, ya que la administración no quiso comprometerse a firmarnos por escrito que la frontera permanecería cerrada".
Dicha decisión, por parte de la administración, hizo a los empresarios tener una "cierta prudencia en la cantidad adquirida de animales". En este sentido, señalan que estuvieron "muy atentos" a como transcurrían las ventas, con el fin de ir transportando hasta la ciudad más tandas.
Sin embargo, finalmente señalan, "la incertidumbre y el falso rumor de que iban a permitirse el paso de corderos, hizo que los melillenses dejaran la compra para los últimos días". Esta situación, añaden, hizo “imposible” que trajeran más, "por la escasez de tiempo para la importación de una nueva tanda".
Defensa de las tradiciones
El empresario aseguró que apoyan a los musulmanes melillenses que protestaron contra la prohibición en "la defensa de nuestras tradiciones", pero advierte que nunca les apoyarán "en la ridícula afirmación de que el cordero peninsular no es apto para el sacrificio islámico".
Y es que cree que dicha afirmación “es un insulto a los millones de musulmanes que sacrifican su cordero en la Península, Europa y todo el mundo”. Al mismo tiempo, considera que “también es una contradicción, ya que todo lo que consumen en carnicerías, provienen de la Península”.
