Con motivo de la Fiesta Nacional de España que celebraremos el próximo 12 de octubre, Fiesta Nacional regulada por la Ley 18/1987, de 7 de octubre, que simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural, más allá de los límites europeos, concretamente con el descubrimiento de América en 1942, UNESCO-Melilla, con el patrocinio de la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, y la colaboración de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte, ofrece la Conferencia “Islas de San Carlos y San Agustín de las Alhucemas; 350 años de historia de España”, que tendrá lugar el martes día 11 de octubre, a las 20:00 h, en la Sala de Grados del Campus Melilla de la UGR, bajo la ponencia de Fernando Saruel Hernández, historiador e investigador histórico profesional, experto en historia, patrimonio y turismo.
El acto se enmarca dentro de la celebración prevista el año que viene del 350 aniversario de la ocupación de estas islas por el estado español.
UNESCO Melilla ha manifestado que hacerlo este martes, es un refrendo de una tierra tan española como cualquier otra de nuestro país, aunque su historia sea mucho menos conocida.
Historia
El “Peñón de Alhucemas” fue ocupado de manera física un 28 de agosto de 1673, en pleno reinado de Carlos II. Si bien, fue una cesión que un príncipe de Fez otorgara, casi un siglo antes a España, pero que no fue ocupado físicamente hasta que las rivalidades con franceses e ingleses y, el todavía problema de piratería de la zona, lo hicieron recomendable. Desde entonces, tuvo una población en algunos años hasta de 400 personas, sin embargo, la vida en era muy penosa, debido a la soledad en medio del mar Mediterráneo y a la espera de todo lo que le llegara de España para alimentarse y armarse.
Cuando la primera Guerra Carlista (1833-1840), curiosamente, fue también un punto de rebeldía en favor del Príncipe Carlos como así pasaría también en la ciudad de Melilla. Desde que se ocupa pasó a formar parte de un presidio en su doble vertiente: plaza fuerte defensiva en la frontera enemiga y lugar de reclusión de aquellos que tuvieran que pagar sus penas de prisión, siendo punto clave de apoyo logístico para el desembarco de Alhucemas, ya en septiembre de 1925, precursor del punto final de las denominadas “Campañas de Marruecos”.
Durante los años posteriores de la Guerra Civil española, fue también campo de concentración de aquellos que eran enviados desde Zeluán. Cuando termina el protectorado español en Marruecos, año 1956, la población civil empieza a emigrar a la península o a Melilla. Desde hace más de 40 años solo está habitado por destacamentos militares, dependientes de la Comandancia General de Melilla. En las investigaciones del ponente, presenta la posibilidad de que pudiera ser una pieza más del turismo cultural español.
