Carta del Editor MH, 3/2/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Estoy escribiendo esta Carta en Madrid. Desde la distancia se ven aspectos de la realidad que a veces, desde la cercanía, no se ven. Desde Madrid -que está cada vez mejor- compruebo que la imagen de Melilla sigue siendo mala, en el sentido de que se la conoce más por los problemas que origina que por las soluciones que produce.
Todos aquellos ‘expertos’ con los que he hablado en Madrid coinciden conmigo en que la situación económica de Melilla es un desastre sin paliativos y también en que la desatención hacia Melilla del Gobierno de Sánchez es absoluta, tan absoluta como su rendición, sin condiciones, ante el Gobierno marroquí. El futuro que auguran para Melilla -y Ceuta- no puede ser peor, aunque mis interlocutores lo lamentan profundamente.
El viernes, ayer, leo en nuestro periódico que la Confederación de Empresarios Melillenses (CEME) sigue insistiendo -sin éxito alguno, hasta ahora- en que Melilla “recupere” la bonificación del 50% a la cuota patronales a la Seguridad Social, otro horrible impuesto más, que afecta a los empresarios, sobre todo a los pequeños, pero que afecta aún más a los empleados de las empresas, que cada vez son menos en Melilla.
O cambiamos, o dejamos de ser una ciudad económicamente comunista -todo es público- , o nos incorporamos a la Unión Aduanera Europea, o conseguimos -junto con Ceuta- ser la 18ª Autonomía de España, o Melilla desaparecerá
El Gobierno de la Ciudad, como era de esperar, se ha unido a la posición de los empresarios y pide al Gobierno Central “que rectifique”, con una esperanza de que lo haga perfectamente descriptible: ninguna. Porque en el fondo late esa absoluta desatención del Gobierno, comunista, de Sánchez hacia los empresarios en general y hacia Melilla muy en particular.
Llevo muchos años escribiendo que Melilla necesita un cambio profundo. Estaba a punto de publicar hoy una Carta del Editor que escribí hace más de diez años. Probablemente nadie se daría cuenta de que era una Carta antigua, porque hoy, como ayer, todo sigue igual… o peor, como ocurre con lo de la frontera, o con la Sanidad local, o con la economía de nuestra ciudad. O cambiamos, o dejamos de ser una ciudad económicamente comunista -todo es público- , o nos incorporamos a la Unión Aduanera Europea, o conseguimos -junto con Ceuta- ser la 18ª Autonomía de España, o Melilla desaparecerá. Y ese cambio lo tenemos que impulsar desde aquí, desde Melilla, convencidos de que tal cambio no solo es imprescindible, sino que es posible.
Ese cambio lo tenemos que impulsar desde aquí, desde Melilla, convencidos de que tal cambio no solo es imprescindible, sino que es posible
“MELILLA LEVÁNTATE”, se titula la columna semanal que escribe José Megías. Es un gran título, es una necesidad para los melillenses creer, como declaró el senador -luego presidente estadounidense- Barak Obama, que “Sí podemos” y tener, como Martin Luther King “un sueño”, un sueño melillense que sí es posible.
El desastre político nacional
El martes Junts tumbó la amnistía a Sánchez y dejó la legislatura en el aire. Puigdemont derrota a Sánchez, fue la portada de La Razón el miércoles. “Puigdemonr noquea a Sánchez y acerca la legislatura al colapso” (El Mundo).
Colapso, según el Diccionario de la Lengua Española, es, en sentido figurado, “destrucción, ruina de una institución, sistema, estructura, etc”. La legislatura española ya está en el colapso y, aunque es cierto que todo puede empeorar, hay ocasiones, y la situación política actual de España es una de ellas, en la que el colapso todavía puede seguir creciendo.
Los griegos- los de los buenos y muy antiguos tiempos- utilizaron la palabra ‘hybrid’ para denominar la temeridad del hombre que aspira a convertirse en un dios, como le pasó a Fausto con Mefistófeles, como le está pasando ahora a Fausto Sánchez con Mefistófeles Puigdemont, al que Sánchez ha vendido su alma a cambio de mantenerse en el poder.
Sin amnistía no habrá legislatura, escribió Cuartango en ABC el jueves. O sí, diría un buen gallego, siempre dubitativo. Estoy haciendo una pequeña encuesta entre amigos y conocidos. Les pregunto si creen que Fausto Sánchez sobrevivirá a Mefistófeles Puigdemont, o no. De momento y a pesar de todo raciocinio, va ganando el sí, de modo que es posible que debamos abandonar toda esperanza, pues Sánchez sobrevivirá y la España constitucional morirá.
Además y como telón de fondo, desde la oscuridad surge la siniestra cara de Putin y sus proyectos de debilitar la Unión Europea, con Puigdemont cobijándose bajo el ala del dictador, del otro diablo mefistofélico, como las investigaciones del juez Joaquín Aguirre van descubriendo. Leo: Puigdemont va a por la pareja Sánchez-Pumpido, actual presidente del Tribunal Constitucional, que, por cierto, tiene cada día peor cara, como pude comprobar personalmente, ya que coincidí con él el miércoles en un restaurante madrileño (de lujo, claro).
Como Sabrina Moh siga siendo la que defienda los intereses melillenses en “Madrid”, ante el Gobierno de su adorado amo, Mefistófeles Sánchez, estamos perdidos
Mucho ruido, tanto tanto ruido, como cantó Sabina -no confundir con Sabrina, la delegada del Gobierno Frankenstein, o Gobierno Mefistófeles, en Melilla- y al final, nada, probablemente. Como Sabrina Moh siga siendo la que defienda los intereses melillenses en “Madrid”, ante el Gobierno de su adorado amo, Mefistófeles Sánchez, estamos perdidos.