Una medalla por una heroica intervención

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El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha pedido la Medalla de la Orden del Mérito Policial para un agente de la Jefatura Superior de Melilla, J.M. Fernández, que, libre de servicio, detuvo en Málaga la agresión de un hombre a su pareja.

La solicitud realizada por la organización que dirige Jesús Ruiz Barranco parece justificada, ya que el agente actuó con valentía y decisión para proteger a una víctima de violencia de género, incluso fuera de servicio y a costa de su propia integridad física. Su intervención evitó una agresión mayor y logró la detención de un individuo violento, a pesar de la resistencia extrema que este opuso.

El reconocimiento a J.M. Fernández a través de la Medalla de la Orden del Mérito Policial podría ser una forma adecuada de destacar su compromiso con el deber y la seguridad ciudadana. Además, este tipo de distinciones no solo premian al agente en cuestión, sino que también envían un mensaje sobre la importancia de intervenir contra la violencia de género.

Según informó este jueves un portavoz de la Jefatura melillense, los hechos ocurrieron a las 22:00 horas del día 19. El policía, que se encontraba fuera de servicio en la Plaza de Basconia de Málaga, observó a un joven aparentemente en estado de embriaguez que gritaba al aire.

Al acercarse una mujer acompañada de su hijo de cuatro años, el agresor rompió una botella contra el suelo y, acto seguido, le propinó un fuerte golpe en la cara antes de zarandearla con violencia. Ante esta situación, el agente intervino de inmediato y corrió hacia el agresor para evitar que continuara con la agresión.

Identificándose a viva voz como policía, intentó que el hombre cesara su actitud. Sin embargo, este respondió con gritos, insultos y amenazas, enfrentándose físicamente a él. En el forcejeo, ambos cayeron al suelo, y la resistencia del agresor fue tan intensa que, incluso con la ayuda de un amigo del agente, resultaba difícil inmovilizarlo.

Durante la intervención, el policía sufrió cortes profundos en la mano debido a los cristales de la botella rota, lo que requirió once puntos de sutura. Finalmente, lograron reducir al agresor y mantenerlo controlado hasta la llegada de dos dotaciones policiales.

Este hecho, como decimos, debería ser más que suficiente para que el Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Policía, reconozca esta intervención heroica del joven agente melillense de 28 años de edad con dicha distinción.

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