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Columna Pública

Una despedida al general don Alvaro De La Peña

Hace casi tres años, el 20 de julio del 2011 asumía la jefatura de la Comandancia de Melilla el general de División Álvaro de la Peña Cuesta, en sustitución de D. César Muro Benayas. El acto de toma de posesión del cargo constó de dos partes: el juramento del cargo y una parada militar posterior en la explanada Héroes de Melilla de la base Alfonso XIII. El general De la Peña ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza en 1971, donde recibió el despacho de teniente en diciembre de 1975. Ha estado destinado como profesor en la Academia de Infantería de Toledo y ha ocupado el mando de una compañía de Operaciones Especiales. A su vez ha servido en Canarias y en la Brigada Mecanizada XI, en Badajoz, o en la EUROFOR, Florencia (Italia), entre otros destinos, participando en varias misiones internacionales y, tras su ascenso a general de división, fue nombrado general adjunto al Jefe de la Fuerza Terrestre, donde permaneció hasta su nombramiento como comandante general de Melilla. Y es ahora tres años después cuando deja este puesto para asumir nuevas responsabilidades.

Fuimos algunos los que tuvimos el honor de asistir a la parada militar ofrecida tras el acto de toma de posesión de su cargo y donde le pusimos cara. Lo primero que nos llamó la atención fue su figura, era muy alto, a la vez que de semblante serio. Con el tiempo y el contacto que hemos tenido con él estos años, comprobamos que esa primera impresión era falsa, en realidad es una persona afable y cercana, pudiendo compartir amigablemente diferentes y variadas conversaciones de todo género, terminando por convertirse, como el mismo refirió el día de su toma de posesión, en un melillense más, presente en multitud de actividades ciudadanas, no siendo su presencia algo extraordinario ni extraño sino cotidiano y habitual. Eso sí, lo de su estatura no ha cambiado, es muy alto.

En su toma de posesión dijo que su objetivo y reto eran “mantener el gran nivel de profesionalidad y preparación de todas las unidades militares de la ciudad, elevarlo y mejorarlo” dando continuidad a la labor emprendida durante los últimos tres años por su antecesor. Reto que por unanimidad ha conseguido sobradamente en el ámbito castrense.

Su labor respecto a los reservistas voluntarios, como militares a tiempo parcial, y civiles el resto del año, ha sido la de apoyarlos siempre, siendo invitados a diferentes actividades de la COMGEMEL. En la última, en el mes de abril, coincidimos veintiún reservistas con motivo de los ejercicios tácticos que se estaban desarrollando por las Unidades de la Comandancia General de Melilla, disfrutando de una visita organizada a los distintos elementos desplegados y ejercicios realizados, estando acompañados en gran parte por el General De la Peña que dándonos una cálida bienvenida no dudó en explicarnos en que consistían esas actividades.

Siempre ha colaborado y cooperado con las diferentes instituciones locales ayudando a difundir la cultura de Defensa e informar y dar a conocer a los melillenses el trabajo de las diferentes unidades que componen la COMGEMEL y la labor del trabajo diario de los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas.

Hemos coincidido con él en conferencias, excusiones, actos militares y civiles, haciendo footing o en las carreras africanas de la Legión, y lo más importante, participando tanto como autoridad como privadamente en todo aquello que daba empuje a la cultura melillense, que es mucha e interesante.

En cuanto a sus participación en estas actividades culturales, él siempre ha apoyado y estado en todas las que podía; al ser estas actividades muchas, y a veces coincidentes, le veíamos salir corriendo de un lugar a otro lamentando, de corazón, no poder finalizar esa inauguración, ya que debía asistir a una conferencia… pero siempre, muy dispuesto a colaborar. Su interés por el mundo literario y artístico le ha llevado a estar en multitud de presentaciones de libros como el de José Jimenez, “El morisco de Annual”, aconsejándonos su lectura o en la inauguración de la diferentes exposiciones. Una de las ultimas fue la de pintura “Milicia, una historia de soldados” una importante muestra pictórica dedicada al arte militar de los últimos tiempos, organizada por el Centro de Historia y Cultura Militar, la Comandancia General de Melilla y la Asociación Arte Militar, que contó con el apoyo de la Ciudad Autónoma de Melilla y el Real Club Marítimo.

Ha presidido durante estos años la Cátedra General Marina, heredera de esos jueves culturales auspiciados por su antecesor el General Muros. A esos jueves, cita obligada de todos aquellos que disfrutamos de la historia, acudía de forma incondicional disfrutando con nosotros de esas charlas históricas, apoyando a todos aquellos que deseaban divulgar partes de nuestra historia, hasta el momento desconocidas o inéditas. Ha sido sorprendido, como uno más, por una carga de artillería, la evolución del armamento, la guerra de Afganistan, los laureados o por los 100 años de antigüedad y 500 de experiencia del Cuerpo de Intendencia.

A su vez ha participado de forma activa con diferentes asociaciones, entre las que se encuentran la AEML (Asociación de Estudios Melillenses) disfrutando de charlas históricas o con la asociación socio-cultural MEM GUÍMEL con la que ha recorrido junto a su esposa, como un visitante más, interesado por el mundo sefardí, la RUTA A LA MELILLA SEFARDÍ, donde pudo comprobar y valorar ese sorprendente y desconocido patrimonio judío que alberga esta ciudad.

Por toda esta labor realizada, en ocasiones representando al Ejercito y otras como un ciudadanos más, se ha ganando el respeto y admiración de todos aquellos que hemos tenido la oportunidad y honor de conocerle, tanto de los que han servido a sus ordenes como de todos aquellos que le han conocido y disfrutado de su persona, recordándole siempre con afecto y especial consideración por ser elemento de unión entre la ciudadanía y el estamento militar reforzando las relaciones institucionales y cívicas, además de promover y desarrollar diferentes actividades formativas técnicas y científicas.

Ha sido el General de la Peña a la vez que jefe de la COMGEMEL, un ciudadano más, disfrutando, al igual que todos nosotros, de las ventajas de residir en esta bella urbe española, norteafricana y mediterránea donde la fusión de culturas la hace tan particular y atractiva.

El sábado 7 de junio, tras la celebración del Difas, el General Don Álvaro de la Peña nos dejará para, acorde con su empleo, realizar otras actividades en un nuevo destino deseándole de corazón el mayor de los éxitos en su nueva andadura. Nos sentimos orgullosos de haberle tenido entre nosotros este tiempo y siempre le recordaremos con afecto y cariño. Desde estas humildes líneas despedir a vuecencia y desearle suerte en su nueva vida y recordarle que, Melilla le considerará siempre ejemplo de ciudadano y militar.

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