Como un encefalograma plano, en cuanto a viento se refiere, ya que no se movió una brisa ni de levante ni de poniente, transcurrió en Melilla la jornada de ayer. Eso sí, con un solazo desde el amanecer hasta el atardecer que hizo que las temperaturas superasen la frontera de los 20ª. Un día, como el de las jornadas precedentes, algo inusual para esta época del año, pero tan apetecible que sacó a la calle a numerosos melillenses y que muchos aprovecharon para ejercer su derecho al voto en los 22 colegios electorales diseminados a lo largo y ancho de la ciudad.
Espectacular el aspecto que ofrecía la Plaza de las Culturas ya que en determinados momentos era difícil hasta andar con comodidad. Un lugar que, sin duda, se ha convertido en el centro neurálgico estas Navidades gracias a un atractivo programa de actividades de diverso contenido.
A pesar de la benigna climatología fueron muy pocos los que se aventuraron a bañarse aunque algún grupo que otro lo hizo a lo largo de la mañana. Otros dirigieron sus pasos a los Pinares de Rostrogordo y algunos más traspasaron la frontera hacia Marruecos pero, sin duda, la avalancha la disfrutaron de nuevo los bares, restaurantes y cafeterías que ofrecieron llenos en su gran mayoría.
