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Un informe insta al Gobierno a buscar un mayor anclaje de Ceuta y Melilla en la UE frente a las aspiraciones marroquíes

Anima a estudiar su estatus dentro de Schengen y a su inclusión dentro de la Unión Aduanera

El Gobierno debería apostar por un mayor anclaje en la UE de Ceuta y Melilla así como de los peñones e islotes en el norte de África y una mayor presencia de las instituciones europeas en estos territorios para hacer frente a las ambiciones territoriales por parte de Marruecos, según sostienen los autores del último informe del Observatorio de Ceuta y Melilla. El documento, ‘La consolidación europea de Ceuta, Melilla y los otros territorios españoles en el norte de África’, ha sido elaborado por un grupo de profesores e investigadores de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales y, como explica en su primer capítulo el profesor Alejandro del Valle Gálvez, se parte del «desequilibrio en favor de Marruecos» que hay en la relación bilateral en temas territoriales.

«España nunca ha querido encarar explícitamente y sin complejos los problemas directos e indirectos que comporta la reclamación marroquí sobre Ceuta y Melilla», afea este catedrático de la Universidad de Cádiz. Mientras que Rabat «mantiene explícita su irredenta reclamación», España «tiene el objetivo estático de mantener el statu quo de las ciudades, islas y peñones», añade.


Aunque Del Valle reconoce las «limitaciones internas y externas» que como Estado democrático tiene España, subraya que es Marruecos quien «siempre toma la iniciativa» en cuestiones territoriales «marcando directa o indirectamente las crisis, los tiempos, el campo y las reglas de juego» y partiendo «con ventaja» ya que en su caso puede recurrir a «planteamientos no democráticos y no respetuosos con el Derecho Internacional».


En su opinión, «una mayor presencia estructural de la UE» en estos territorios podría «compensar el desequilibrio existente, de forma que la UE se convierta en componente esencial de la respuesta española». Aquí, una de las claves sería el reconocimiento de Ceuta y Melilla como regiones ultraperiféricas, lo que les conferiría una «consideración especial» dentro del Derecho de la UE.


Sin embargo, la etiqueta de región ultraperiférica se confiere a territorios alejados del continente europeo, algo que en el caso de Ceuta y Melilla y el resto de territorios españoles en el norte de África no ocurre, destaca este experto, que sin embargo reconoce que el principal obstáculo es que habría que modificar los tratados y haría falta una conferencia intergubernamental.

Estatuto especial para Ceuta y Melilla
Ante esta circunstancia, Del Valle plantea que quizá lo que habría que hacer es buscar «obtener un estatuto amoldado» a ambas ciudades autónomas, aunque sin perder de vista la posibilidad de su inclusión en los tratados si en algún momento se procede a su reforma en un futuro.


En este sentido, propone su designación como «ciudades europeas de frontera exterior en África» dadas las particularidades de Ceuta y Melilla: son las «únicas ciudades de la UE con frontera exterior terrestre en África, sufren presión migratoria constante y Marruecos ha usado la inmigración «para conseguir objetivos» en su relación con España.


Con todo Del Valle, subraya que «lo importante es que el Gobierno de España, en coordinación con las ciudades, determine con claridad lo que se pretende y desea para las ciudades» con vistas a crear «ex novo un estatuto singular, a medida y único» dentro del Derecho de la UE.


Otro de los aspectos en los que se incide en el informe es el de la pertenencia de ambas ciudades autónomas al espacio sin fronteras Schengen, donde gozan de un régimen específico, y las perspectivas a futuro de esta pertenencia ante la nueva etapa en la relación bilateral que se ha abierto con Marruecos.

Situación dentro de Schengen
Tal y como explica el profesor de la Universidad de Cádiz Miguel Acosta Sánchez, con motivo de la entrada de España en Schengen en 1994 se incluyó una declaración sobre Ceuta y Melilla en virtud de la cual se mantienen los controles para mercancías y viajeros procedentes de ambas antes de entrar en el territorio aduanero comunitario.


Asimismo, se concede la exención de visado a los marroquíes de las provincias de Nador y Tetuán para su entrada respectivamente en Melilla y Ceuta, una medida que es recíproca para los españoles residentes en ambas ciudades autónomas y que quieran entrar en las provincias marroquíes adyacentes. En caso de querer continuar a territorio Schengen, los marroquíes sí que deberán contar con visado que se comprobará en las fronteras aeroportuarias.


El cierre de fronteras provocado por la pandemia ha llevado al Gobierno español, según Acosta, a replantearse «la situación de las dos ciudades autónomas en Schengen». En este sentido, el experto plantea dos posibilidades.


La primera pasaría por renunciar al régimen de exención de visados, lo que obligaría a que los controles se pudieran hacer solo en los pasos fronterizos de Beni Enzar (Melilla) y Tarajal (Ceuta) y afectaría principalmente a los trabajadores fronterizos marroquíes. «Esta opción no sería deseable», sostiene el catedrático, que incide en que podría haber «saturación» en los consulados españoles y «aglomeraciones» en los pasos.


La segunda, señala, sería «mantener el régimen, pero complementándolo con un fortalecimiento de la cooperación bilateral y con dotación de más medios y recursos». Aquí, la principal cuestión a resolver sería el «tráfico fronterizo menor» que realizan las porteadoras con su «comercio atípico».


En este sentido, Acosta plantea «una regularización del comercio individual», que incluya el fortalecimiento de los mecanismos de seguridad y control en todos los pasos fronterizos existentes –dos en Ceuta y cuatro en Melilla–. Para ello, plantea como opciones la instalación de aduanas comerciales en todos ellos, sistemas de fronteras inteligentes mediante datos biométricos o un registro previo de trabajadores fronterizos.

Entrada en la Unión Aduanera

Ceuta y Melilla no forman parte de la Unión Aduanera. El profesor Miguel Ángel Cepillo Galvín, también de la Universidad de Cádiz, apuesta por «un nuevo enfoque» a la hora de debatir sobre su incorporación, recordando entre otras cosas la decisión unilateral de Marruecos de cerrar la aduana comercial de Melilla en agosto de 2018 y la suspensión del porteo de mercancías con ambas ciudades antes del cierre fronterizo obligado por la COVID-19.


Según Cepillo, «no parece que hasta ahora el Gobierno español haya estado realmente dispuesto a presentar la solicitud de integración de Ceuta y Melilla en la Unión Aduanera» principalmente «por temor a un reacción de Rabat». Así, se ha venido amparando en «argumentos de tipo técnico» que los autores del informe consideran «bastante frágiles y no muy rigurosos».


El panorama parece haber cambiado con la declaración conjunta tras el encuentro entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI el 7 de abril. Al igual que el Gobierno, el autor interpreta que en ella se plantea no solo la reapertura de la aduana en Melilla sino la creación de una nueva en Ceuta y considera que esta sería la mejor vía de acabar con el comercio atípico.


Además, sostiene que la apertura de aduanas sería necesaria si a la postre lo que se busca es que ambas ciudades autónomas entren en la Unión Aduanera. También cabría la opción de adaptar o modificar el régimen aduanero actual, pero para ello habría que convencer a la Comisión Europea, al Consejo y a la Eurocámara «de la oportunidad y la conveniencia» de hacerlo, incide.

Por todo ello, el informe concluye que el debate ya no es el ingreso sino «cómo ha de materializarse la integración en la Unión Aduanera para garantizar el mejor futuro posible a las ciudades autónomas».

( La edición digital de PDF de MELILLA HOY
https://online.melillahoy.es/membresias/ )

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