Las Torres V Centenario tuvieron que ser desalojadas ayer por un falso aviso de bomba que se hizo desde el parking subterráneo del Puerto Noray a las 14:08 horas y que la Guardia Civil adjudica a tres menores. Las alarmas no saltaron en el edificio de los juzgados, que, de tener que hacer frente a una amenaza real, ya sea bomba o un incendio, no está preparado, según el juez decano. La Guardia Civil, por su parte, trata de localizar a los menores que, “de forma malintencionada”, se inventaron la existencia de un coche bomba. A las 14:08 horas se recibe la llamada de un individuo desde el parking subterráneo del Puerto Noray que dice que hay un coche bomba. Inmediatamente, la Guardia Civil activó el protocolo que se establece en estos casos. El Equipo de búsqueda y Localización de Explosivos (EBYL) se encargó de inspeccionar la zona de cabo a rabo, con los perros del servicio cinológico de la Guardia Civil, adiestrados especialmente para la localización de explosivos. Cuarenta y cinco minutos más tardes, se determinó que nada había en el lugar sospechoso de ser un explosivo, ni parecido, según el subteniente Juan Antonio Martín Rivera, que explicó a MELILLA HOY que no se desaló el Puerto Noray, pero sí las Torres V Centenario.
El juez decano se encontraba en ese momento en su despacho. Un guardia civil de los que hace la vigilancia en los accesos a los Juzgados subió para dar el aviso de que había que desalojar el edificio. Las alarmas no funcionaron, explicando Emilio Lamo de Espinosa que normalmente sí lo hacen cada vez que se realiza un simulacro y se pone en marcha el programa de evacuación para desalojar las torres en cuestión de segundos. Esta vez, fue el vigilante quien avisó a los que se encontraban en las Torres. En torno a las 14:30 horas, cuando se dio el aviso y hubo que desalojarlo, las Torres no se encontraban en su momento de mayor afluencia, pero sí que había un número importante de personas, de varios centenares, entre el personal funcionario que trabaja allí y juicios que se estaban celebrando en ese momento. Ante circunstancias de este tipo se pone más evidente la necesidad de contar con salidas de emergencia, de las que las Torres siguen sin disponer, como recordó el juez decano. "Si efectivamente hubiese habido cualquier problema, sólo tenemos dos salidas, que son los ascensores, que en una situación de este tipo no deberían usarse, porque está contraindicado, o bajar por el hueco de la escalera". A esa hora, en las Torres no había mucha gente para colapsar los accesos, pero los juzgados estaban con su personal completo y se estaban celebrando aún varios juicios, estimando el magistrado que el número podría ser de centenares. "Todo esto demuestra que si verdaderamente hay en un momento dado una urgencia, no ya de bomba, de un incendio o cualquier otra cosa, no tenemos las condiciones adecuadas para hacer un desalojo rápido", denunció el juez.
Desde hace más de dos años, Emilio Lamo de Espinosa viene demandando la necesidad de que las Torres cuenten con salidas de emergencia al exterior, pero "seguimos exactamente igual, no se ha hecho ninguna modificación". No se vivieron escenas de pánico, aseguró, de la misma forma que lo confirmó a este Diario el subteniente Rivera, que explicó que se trató de una falsa alarma, una llamada "malintencionada" que se atribuye a tres menores. "Por la indumentaria y las características", todo apunta a esas tres personas, de las que no se quisieron dar más datos y a las que la Guardia Civil trata de localizar. Tal vez, las cámaras de videovigilancia que hay en el lugar captaron la fechoría, que, por suerte, se quedó en una idea "maliciosa".
