El PSOE, UGT y las Juventudes Socialistas han organizado como cada Primero de Mayo la tradicional visita al Cementerio de la Purísima donde recuerdan a las 310 personas que dieron su vida por la “libertad, la democracia y los derechos civiles” en nuestra ciudad. Francisco Narváez, militante del PSOE, realizó la visita por el camposanto en el que los participantes iban poniendo claveles y banderas republicanas en cada una de las tumbas donde están enterrados los represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura. Narváez no pudo evitar aprovechar este acto para condenar la celebración del segundo entierro del general Sanjurjo celebrado el pasado mes de marzo entre autoridades civiles y militares, y es que sostiene que el general Sanjurjo fue “golpista y cómplice” de las más de 300 muertes en Melilla por la represión franquista. No pudieron explicar la historia de cada una de las 310 personas que se encuentran enterradas en el cementerio de La Purísima como consecuencia de la dura represión durante la Guerra Civil y la dictadura, por falta de tiempo. Aún así, entre miembros de UGT, las JSM y el PSOE sí que se encargaron de poner un clavel y una bandera republicana en cada una de las tumbas para que nadie, no solo, no les olvide, sino que no pierdan de vista la causa por la que la mayoría lo hicieron: "la lucha por la libertad, la democracia y los derechos que hoy en día tenemos".
Francisco Narváez, militante del PSOE, fue el encargado de hacer una pequeña reseña biográfica de algunas de estas 300 personas. Aún así, el investigador no pudo evitar aprovechar el momento para criticar duramente el segundo entierro del general José Sanjurjo celebrado el pasado mes de marzo en el que "las autoridades civiles y militares de Melilla, con honores, vinieron a enterrar a un doble golpista".
Y es que recordó que tras el primer intento de golpe de estado en 1932 de Sanjurjo, el pueblo de Melilla salió a la calle en repulsa del intento del general de alzarse en armas contra el Gobierno de la II República.
Narváez criticó que el entierro se realizara con "dinero público" y por lo tanto con "inmoralidad e irresponsabilidad política", dado que "malversaron dinero público al trasladarlo con un helicóptero del ejército, usando a personal militar vestido de gala y compraron coronas".
El historiador asegura que dicho entierro respaldado por el Ejército y la Ciudad, va en contra de la Ley de Memoria Histórica, ya que si se hubiera hecho el entierro solo por parte de la familia no hubiera supuesto problema alguno. "Es muy doloroso que 40 años después nos veamos en Melilla con las heridas abiertas tras el entierro a un golpista y un fascista, poco hemos avanzado", aseveró.
Narváez también hizo referencia a las declaraciones de la viceconsejera de Juventud, Isabel Moreno, quien negó que el Ejecutivo local fuera franquista y presumió de que Melilla era una ciudad "demócrata y plural" porque al igual que acudía al acto de Sanjurjo, también se le llevaba flores al alcalde socialista Antonio Díez.
Asimismo, aseguró que a quien homenajea la Ciudad, es al que fue alcalde, pero no al militante socialista que fuera detenido y asesinado en las tapias del cementerio tras sacarlo de la cárcel del Fuerte Victoria Grande.
"No es admisible que alguien compare asesinos con victimas", aseveró el investigador quien recalcó que Sanjurjo era "un golpista y fue cómplice de los 310 asesinatos". Es por ello, que replicó las palabras de Moreno sobre quien indicó que "por antecedentes familiares debería de coger y callarse, porque sus muertos se le podrían levantar un día y decirle que ¡qué disparate estás diciendo!".
"¡Viva el socialismo, viva el comunismo!"
Marcelino Martín Villasclara, según explicó Narváez, fue un referente del movimiento obrero en Melilla que fue "clave" para entender las conquistas sociales que se consiguieron en la ciudad. Miembro de UGT, del PSOE y secretario de los Jurados Mixtos, institución a través de la cual se consiguieron firmar convenios colectivos, sin embargo durante la Guerra Civil fue detenido y murió asesinado por los falangistas frente al pelotón gritando "¡Viva el socialismo, viva el comunismo y viva la libertad!". A Martín en 1936 le acabaron rompiendo la cabeza con las culatas con las que le habían fusilado, dejando a una familia y sus hijos, contó el socialista.
Cuidado de niños abandonados
La visita de Narváez también pasó por la tumba de Aurelio Solís Díaz, médico y concejal del Ayuntamiento quien se dejó la vida para luchar por los niños abandonados en la ciudad, algo que recalcó, no es nuevo y lleva pasando tiempo. A Solís le acompañaba siempre Eduardo Martín Peña otro médico de Izquierda Republicana con quien editaba una de las revistas de medicina más importantes en el Norte de África y que acabó como Solís, víctima de la represión.
Otro de los concejales represaliados fue Ángel Torezano, uno de los fundadores del PSOE y persona "clave" para la organización del sector de la panadería. Según explicó, al dirigente socialista lo detuvieron en el 36 en el Ayuntamiento y lo asesinaron. También hubo palabras para José María Polonio Calvente, juez de primera instancia e instrucción, quien fue detenido y puesto en libertad, aunque posteriormente en el 37 lo volvieron a detener y lo fusilaron.
"Arrastraron su cadáver por toda la ciudad"
La tumba de Francisco Tarrago Ramírez fue otro punto de la visita y es que según relató el guía, Tarrago era un referente en el movimiento obrero español. Entró en las Juventudes Socialistas, luego se fue a la CNT y volvió al PSOE. Según explicó Narváez a Tarrago "lo detuvieron, lo asesinaron y arrastraron su cadáver por toda la avenida hasta que lo abandonaron en la puerta del cementerio".
El melillense "estuvo más tiempo en la cárcel que en la calle", pero cuando estaba fuera fue un gran referente e incluso una vez que estuvo desterrado en Cádiz, al volver a Melilla "había cerca de 2000 trabajadores esperándolo en el Puerto de Melilla".
Los hermanos Galindo
Otra de las paradas fue en el osario en el que enterraban a aquellas personas que no eran creyentes o que las autoridades no querían que fueran enterrados en el cementerio católico. En esta parcela, donde antes había un gran muro que separaba la zona del resto del cementerio, también fueron enterrados muchos represaliados, entre ellos, los hermanos Gómez Galindo.
Carmen Galindo, joven de 19 años de edad, empleada en una fábrica de galletas y que era miembro de Mujeres Antifascistas está enterrada en esta parcela junto a sus hermanos y fue una de las homenajeadas y es que fue "detenida, violada y asesinada por los falangistas". Igual sus hermano, Manuel y José Gómez Galindo que también murieron a manos de los falangistas. También está en esta parcela Diego González Doña, concejal del ayuntamiento, conductor asesinado y al que según contó Narváez "le arrancaron las uñas de las manos y los pies" .
Una silla para poder fusilarlo
La tumba de Bienvenido Rutllant fue otra de las paradas. Según Narváez es el melillense que fue asesinado con mayor edad, unos 62 años de edad. Rutllant era concejal del Ayuntamiento y fue internado en el campo de concentración de Zeluán. El día de su asesinato lo sacaron en pijama, con la cuchara en la mano y era tal el estado de debilidad en el que se encontraba que "para fusilarlo lo tuvieron que sentar en una silla", contó el socialista.
Manuel Romerales Quintero, fue comandante general de Melilla, pero en julio de 1936 fue fusilado por sus compañeros de armas al no adherirse a la sublevación. Según explicó Narváez fueron "implacables con él por una farsa de juicio que acabó con su asesinato".
"Ya la fuente no tiene agua". Según relató Narváez esta frase era la que cantaban las mujeres falangistas cuando bajaban desde Rostrogordo, tras el asesinato de José Lafuente Mayo, uno de los fundadores del PSOE en Melilla, militar retirado, y a quien fusilaron en las traseras del cementerio.
Pablo Navarro López, es uno de los principales representantes clave del anarquismo en Melilla, de la CNT, presidente del Ateneo Libertario, fue un gran referente del movimiento obrero. Durante la Guerra Civil se escondió en una huerta familiar, pero en 1939, ya casi acabando la guerra lo fusilaron "sin piedad", pese a que en aquellos años ya no se usaba esta tipo de asesinatos.
Fosa común sin nombres
El Cementerio de La Purísima, aloja a día de hoy una fosa común de siete u ocho metros de profundidad en el que se enterraban a personas sin recursos y entre ellos muchos represaliados según desgranó Narváez. Entre ellos José Montoya Odri, secretario general de las JSA, Pedro del Pozo Soto, José Polonio Morales (presidente de la asociación de jornaleros). El socialista espera que algún día la Ciudad proceda al menos a hacer una reseña de las 85 personas que se encuentran en este foso.
Históricos del PSOE
Miguel Ángel Roldán, fundador del PSOE y UGT fue otra de las víctimas de la represión franquista, estuvo en un campo de concentración y fue vicepresidente de las JSM con el padre Jaén de presidente, quien también fue asesinado de la forma más cruenta. Y es que al padre Jaén tras fusilarlo le arrancaron la piel de las manos, para que no fuera enterrado con las manos consagradas.
Otra de las paradas fue en la tumba de Antonio Díez, dos veces alcalde de Melilla, pero que el 17 de julio 1936 tras intentar combatir el golpe militar y ver la imposibilidad de tumbarlo se refugió en la Gota de Leche hasta que lo delataron lo ingresaron en prisión en el Fuerte Victoria Grande y fue fusilado.
A Juan José Medina
Si bien el periodista Juan José Medina no formó parte de la lucha en la Guerra Civil, el PSOE y UGT quisieron rememorarlo por su particular visión política, su labor periodística y su denuncia como ciudadano de la que deja un "eco que será difícil de olvidar".