Un “disparate descomunal”.
De esta forma ha calificado el presidente del Patronato de Turismo, Miguel Marín, el nuevo registro de viajeros que ha aprobado el Gobierno de España y que obliga al registro documental e información de las personas físicas o jurídicas que ejercen actividades de hospedaje y alquiler de vehículos a motor. Una iniciativa que ha contado con el rechazo frontal de las agencias de viajes y del sector hotelero por la elevada carga burocrática que supone.
“Es increíble que se vaya a exigir a los turistas tanto nacionales como internacionales que vayan a hospedarse en algún hotel toda esa serie de requisitos e información relacionada con su vida personal, ha dicho Marín sin salir de su asombro, advirtiendo de que con esta medida España va a correr el riesgo de convertirse en un país “incómodo” para viajar. “Y eso es muy negativo”, sostiene, confiando en que el Ejecutivo central rectifique porque es “un despropósito”.