Querido amigo (y permite que te llame así) y compañero: Me apena profundamente tu marcha de Melilla. Conozco la ilusión que pusiste en tu labor profesional, tu entusiasmo, tu preocupación por los pacientes de Melilla (los que compartimos a nivel profesional me han hablado de tu humanidad, tus conocimientos, tu trato, tus consejos, y tu cariño hacia ellos). Hoy he leído tu carta de despedida, en la que expones los motivos de tu marcha, tu lucha por hacer las cosas bien y tu agotamiento tanto físico como psicológico ante el trato recibido.
Los que te conocemos nunca hemos dudado de tu honorabilidad, tu profesionalidad y buen hacer y esperamos que la "falsa denuncia" no caiga en "saco roto", que se castigue adecuadamente a la persona que la ha realizado porque probablemente no podía ajustarse a tu ritmo de trabajo y a tu interés por los pacientes.
Has demostrado sobradamente que "ERES INOCENTE" y como tu dices: "antes se coge a un mentiroso que a un cojo".
Es triste que digas que no has recibido ayuda para defenderte. Yo siempre he pensado que la palabra compañero quería decir "unión y ayuda".
Mis pacientes (los asignados a mi cupo que han tenido la inmensa suerte de ser vistos por ti) están tristes…sienten tu marcha….y yo…también.
Deseo sinceramente que al lugar que te traslades encuentres personas y compañeros que sepan apreciar tu labor profesional y tu entrega.
No quiero despedirme de ti….por eso quiero decirte…"hasta pronto querido amigo", "hasta pronto compañero"