El rejoneador Manuel Manzanares cortó tres orejas y salió ayer por la puerta grande en el primer festejo taurino de feria celebrado en La Mezquita del Toreo. Se lidió una novillada con picadores del hierro de Javier Molina, muy bien presentada y con cuajo algunos casi de toro, que pusieron en apuros en algunas fases de la lidia a los diestros Fran Espada y David de Miranda, pero no solo a ellos, también a sus respectivas cuadrillas, que lidiaron de forma horrorosa a los utreros durante toda la tarde. Flaco favor. Manzanares fue el gran triunfador, sobre todo en la lidia del cuarto de la tarde, donde llegó a disfrutar de lo lindo a lomos de 'Mazzantini', 'Príncipe' y 'Secreto'. En su primero, el astado manseó de salida y a penas seguía con celo la cabalgadura del alicantino. Costaba la misma vida sacarlo hacia las afueras y encima los rehiletes utilizados se encontraban defectuosos y eso hizo también deslucida su labor. Cortó una oreja 'in extremis'. En el cuarto fue un buen toro.Se gustó y llegó a los tendidos. Templó la embestida del novillo y lo llevó pegadito a la grupa del equino. Mató de un rejonazo (su talón de aquiles) y el astado tardó diez segundos en caer patas arriba. Dos merecidas orejas.
Francisco José Espada estuvo apático en su primer novillo. Su cuadrilla empeoró la embestida del morlaco con una lidia de juzgado de guardia. Capotazos y mas capotazos sin sentido. En el ruedo ninguno estaba en su sitio, ni el sobresalienllegó a salir del callejón, en fin, una locura. Desconfiado el de Fuenlabrada intentó sacarle muletazos uno a uno pero sin llegar al tendido. Sufrió un revolcón y lo mató de una estocada caída. Saludó desde el tercio. En el quinto, el novillo más vareado, menos enmorrillado y más utrero, tuvo otra cara, pero sin llegar a rematar. No fue la tarde de Espada. Por cierto, destacar los pares de banderillas de Candelas y Parra.
De David de Miranda me quedo con el gusto, el empaque y el aroma que desprendió su inicio de faena al que hizo tercero. Fue lo más torero de la tarde a pié. Pero el de Trigueros no se terminó de acoplar y con el acero estuvo mal. Falta carretón. En el último cortó una oreja, pero en su faena de muleta abusó en demasía de los toques bruscos y eso, perjudicó al toro. Faltó templar más a la res. Le hubiera ayudado a Miranda para cuajarlo. Hay que esperarle, apunta cosas buenas, pero aún está verde.