- Te veo más joven, pero, te veo con una juventud vieja. ¡Estás muy raro!.
- Es que me he hecho la estética.
- ¡Ahhh!… Ya decía yo, ya me parecía a mí, que esa oreja no era tuya. Porque no se me olvida, que de niño yo te dí un bocao y te quité un cacho.
- Esta oreja, me la han puesto prácticamente nueva.
- ¿Por el bocao?…
- No solo por el bocaó, sino porque al estirarme la piel de la frente, se hizo una arruga debajo de la ceja y no me dejaba abrir el ojo, por lo que tuvieron que operarmelo y ponerme uno de cristal. Entonces, estiraron la piel del ojo y trajeron la arruga al labio de arriba, pero era tan grande que no me dejaba abrir la boca y entonces tuvieron que llevarse la arruga hacia la parte de la oreja, pero me dejaban la boca torcía. Como se iba amontonando la piel, cuando llegó a la oreja, había dos orejas y entonces dijeron: ¿cuál cortamos?. Pues la oreja vieja. Y cortaron la que tenía el bocao y me dejaron esta nueva.
- ¿O sea, que te cortaron la oreja'?.
- ¡Claro! No iba a estar con tres orejas. Dos en un lado y una en uno.
- Así oirías mejor, ¿no?.
- No creo, porque yo por esta oreja nueva no oigo nada.
- O sea, ¿que te ponen una oreja nueva que no oye?.
- Claro. Y la nariz que no huele. Todo no se puede tener.
- Vamos a ver, explícate, porque yo no entiendo esto.
- Es muy sencillo. A ti te reparan la fachada, pero lo que está por dentro, si está averiado, sigue estándolo… Aquí lo que interesa es que lo de fuera quede bien.
- ¿Pero tú oías con la oreja del bocao?.
- Poco, pero oía algo. Pero ahora nada.
- ¿Entonces, porqué te las has tocado?.
- Pues no te lo estoy explicando, que fue para quitarme las arrugas de la frente y las patas de gallo.
- ¿Y te han dejado sordo?.
- Hombre, sordo, sordo no, porque tengo la otra oreja, pero como decida estirarme la piel del cuello y me quieran injertar algo de pelo en la calva de la coronilla, pues no sé si me dejarán sordo total. El médico me ha dicho que no me preocupe.
- ¿Te garantiza que no te tocará la oreja?.
- No. Me ha dicho que no me preocupe, que para lo que hay que oír en este mundo tampoco merece la pena.
- ¡Joder con el médico!. O sea, que a ti lo que te interesa es aparentar ser joven, aunque lo demás no funcione. Ni la vista, ni el oído, ni nada..
. – Esa es la juventud. ¿Tú qué crees que es la juventud de hoy?. La juventud de hoy es eso. Presencia por fuera, pero nada más. Ni oír, ni oler, ni ver. ¡Nadal…
- Hombre, tampoco es eso.
- ¿Que no?. Pues no se dónde vives tú. La gente joven no tiene olfato. Se come lo que le echan. No oye nada, con los ruidos de las discotecas y los tugurios que habita y la falta de comunicación con los mayores. Van sordos por el mundo. Y ver, pues ya ves lo que ven. A través del ojo de cristal de la Tele. No hay otra cosa.
- O sea, que me estás diciendo, o al menos dándome a entender, que la juventud de hoy es el resultado de unos viejos que se han estirado la piel. ¿No?.
- Bueno, a esa pregunta no te puedo contestar yo. Eso tienes que esperar a que venga el guru Celedonio del Yogur con Menta, que está de yoga subido en la meseta lunar. El te informará. Mientras tanto, seguiremos aguantando el cuerpo como podamos. ¿Y a ti, cómo te va la diarrea?.